El gobierno de Groenlandia ha calificado como una "injerencia extranjera" la visita de una delegación estadounidense encabezada por Usha Vance, esposa del vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, y Mike Waltz, asesor de seguridad nacional del presidente Donald Trump.
El primer ministro groenlandés en funciones, Múte B. Egede, expresó su preocupación por lo que considera un acto de agresión y solicitó el apoyo de la comunidad internacional para frenar el comportamiento "agresivo" de Estados Unidos.
La delegación tiene previsto visitar una base militar estadounidense en Groenlandia y participar en eventos locales, como una carrera de trineos tirados por perros. Aunque la Casa Blanca presenta la visita como una oportunidad para fortalecer la cooperación económica y cultural, las autoridades groenlandesas la interpretan como una demostración de poder y una falta de respeto hacia su soberanía.
La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, también expresó su preocupación, enfatizando que cualquier cooperación con Estados Unidos debe basarse en el respeto a la soberanía y las reglas fundamentales de las relaciones internacionales. La visita coincide con las recientes elecciones en Groenlandia y las próximas municipales, lo que añade tensión al panorama político local.
El presidente Donald Trump ha manifestado en varias ocasiones su interés en adquirir Groenlandia, comparando esta posible anexión con la compra de Alaska en 1867.
Este renovado interés ha generado descontento tanto en Groenlandia como en Dinamarca, que consideran la isla como un territorio autónomo bajo soberanía danesa.
La situación actual pone de manifiesto las crecientes tensiones entre Estados Unidos y Groenlandia, y subraya la importancia de respetar la soberanía y autodeterminación de los territorios autónomos en el ámbito internacional.