La diputada Leonela Martínez Ayala presentó un punto de acuerdo para que se emita la declaratoria correspondiente mediante la cual se reconozca al “Adobo de Tepanco”, del municipio de Tepanco de López, como Patrimonio Cultural Intangible del Estado.
Dijo que hay que reconocer su relevancia, desde hace varios años se celebra la Feria del Adobo en Tepanco de López, evento que convoca a cocineras y cocineros tradicionales, productores locales, artesanos y artistas, transformando al municipio en un verdadero escaparate de cultura viva.
Señaló que durante esta feria no solo se degusta el platillo en sus diferentes versiones, sino que se exponen productos agroalimentarios locales, se presentan actividades culturales, se imparten talleres gastronómicos, y se promueve el turismo rural. Esta feria ha detonado una reactivación económica notable, beneficiando a comerciantes, productores y familias enteras
Explicó que el Adobo de Tepanco, preparado con una mezcla de chiles secos, especias, vinagre y carne de cerdo cocida lentamente, que ha sido símbolo de hospitalidad y celebración durante décadas.
Señaló que este platillo, heredado de las abuelas y resguardado por el cariño de la comunidad, representa una manifestación clara de patrimonio cultural intangible, tal como lo define el artículo 19 de la Ley de Cultura del Estado de Puebla, pues "ha sido transmitido de generación en generación y constantemente recreado por la comunidad de Tepanco de López, como parte de sus fiestas patronales, celebraciones religiosas, convivios familiares y momentos clave de la vida cotidiana del municipio".
Precisó que su receta ha sido conservada celosamente por cocineras tradicionales, quienes, sin recetarios escritos, han enseñado con el ejemplo el arte de marinar y cocinar este adobo único.
Además, provee un fuerte sentido de identidad y continuidad, fortaleciendo los lazos comunitarios, pues el Adobo de Tepanco no es solo un alimento: es símbolo de orgullo local, es la bandera gastronómica de un pueblo que resiste al olvido a través de sus costumbres culinarias. Cada preparación es una ceremonia, un acto de amor, de pertenencia, y de celebración por lo que somos.
Asimismo, reiteró que es compatible con los derechos humanos y con el respeto mutuo entre individuos y comunidades, al ser una práctica abierta, que recibe con gusto a visitantes, cocineros, investigadores y amantes de la gastronomía que desean conocer más sobre esta joya culinaria. Su elaboración es incluyente y representativa del trabajo en comunidad.