Los viajes en automóvil de ciudadanos canadienses hacia Estados Unidos han experimentado una notable disminución del 31.9 por ciento en marzo de 2025 en comparación con el mismo mes del año anterior, según datos de Statistics Canada.

Esta tendencia a la baja se ha mantenido durante tres meses consecutivos, reflejando una creciente tensión en las relaciones bilaterales.​

Las políticas comerciales y declaraciones del presidente estadounidense, Donald Trump, han generado malestar entre los canadienses.

Las amenazas de imponer aranceles del 25 por ciento a productos clave como acero, aluminio y vehículos provenientes de Canadá han suscitado preocupación por posibles pérdidas de empleos y afectaciones a industrias dependientes del comercio con Estados Unidos. ​

En respuesta, se ha observado un movimiento de boicot hacia productos y destinos estadounidenses. Un estudio de la firma canadiense Leger reveló que el 36 por ciento de los canadienses que habían reservado hoteles en Estados Unidos cancelaron sus reservas debido a las tensiones comerciales, mientras que un 59 por ciento indicó que es menos probable que viaje al país vecino en el futuro. ​

Esta disminución en el turismo canadiense podría tener repercusiones económicas significativas para Estados Unidos. La Asociación de Viajes de Estados Unidos estima que una reducción del 10 por ciento en las visitas canadienses podría traducirse en una pérdida de aproximadamente 2 mil 100 millones de dólares, afectando principalmente a estados como Florida, California, Nevada, Nueva York y Texas

Además del boicot turístico, se han reportado iniciativas para reducir el consumo de productos estadounidenses en Canadá. Supermercados y licorerías han promovido la compra de productos nacionales, y ciudadanos han expresado su descontento evitando adquirir bienes provenientes de Estados Unidos. ​

Las tensiones también han impactado en el ámbito político. El primer ministro canadiense, Mark Carney, ha advertido que los aranceles propuestos por Trump podrían destruir empleos en ambos países y ha buscado estrategias para mitigar los efectos de las políticas estadounidenses. 

Este escenario refleja una creciente fractura en las relaciones entre Canadá y Estados Unidos, con implicaciones tanto económicas como diplomáticas que podrían perdurar si no se alcanzan acuerdos que favorezcan a ambas naciones.