En los últimos días, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), con apoyo del FBI y la DEA, ha realizado una serie de redadas en zonas del centro de Los Ángeles, el Distrito de la Moda y sitios de trabajo, reportando la detención de al menos 50 personas, en su mayoría migrantes mexicanos.
Las acciones incluyeron siete operativos simultáneos, en lugares como Home Depot, negocios de confección y sitios de jornaleros, con el uso de gases lacrimógenos, granadas aturdidoras y vehículos blindados.
Entre los detenidos se cuentan al menos 11 mexicanos, informó el cónsul Carlos González Gutiérrez.
El consulado de México activó un protocolo de asistencia legal y protección consular, visitando centros de detención en Los Ángeles, San Bernardino y Santa Ana. Recomendó a los connacionales acudir con abogado, solicitar audiencia virtual y mantenerse al tanto de derechos básicos.
La Cancillería exigió que los procesos sean garantistas y con respeto al debido proceso, advirtiendo que México interferirá mediante vías diplomáticas si es necesario.
Activistas, comunidades hispanas: centroamericanos y mexicanos, reaccionaron organizando protestas y bloqueos, especialmente en Paramount y el centro de Los Ángeles.
Las manifestaciones fueron dispersadas con uso intensivo de gas y balas de goma; se registraron enfrentamientos y algunos heridos, incluyendo el arresto del dirigente sindical David Huerta, lesionado al intentar impedir una detención.
El presidente Donald Trump ordenó el despliegue de 2 mil tropas de la Guardia Nacional de California para “contener los disturbios” provocados por las protestas.
El gobernador Gavin Newsom y la alcaldesa Karen Bass rechazaron la medida, calificándola de provocativa e innecesaria.