En una de las mayores escaladas militares entre Irán e Israel en años, Teherán lanzó la noche de este viernes (hora local) alrededor de 150 misiles balísticos contra diversas ciudades israelíes, incluida Tel Aviv, Haifa y asentamientos urbanos, lo que activó sirenas en todo el país y obligó a la población a resguardarse en refugios antiaéreos.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) confirmaron una segunda andanada de misiles poco después del primer ataque. El sistema de defensa "Domo de Hierro" logró interceptar múltiples proyectiles, aunque no todos. Columnas de humo fueron visibles en distintos puntos de Tel Aviv y, de acuerdo con el servicio de emergencias Maguen David Adom, hasta el momento se reportan 22 personas heridas, dos de ellas de gravedad. No se han confirmado víctimas mortales.
Un alto funcionario estadounidense dijo al portal Axios que Estados Unidos colabora activamente con la interceptación de misiles lanzados desde Irán.
El Comando del Frente Interno permitió que la población abandonara los refugios tras los ataques, pero pidió permanecer cerca de ellos hasta nuevo aviso.
En respuesta, el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, acusó a Irán de haber cruzado “las líneas rojas” al atacar zonas urbanas y prometió que el régimen iraní “pagará un precio muy caro por sus acciones”. Por su parte, el primer ministro Benjamin Netanyahu minimizó la respuesta iraní, asegurando que “la mayoría de los misiles fueron interceptados” y calificó al régimen de los ayatolás como “débil”.
En represalia, las FDI confirmaron una serie de ataques aéreos contra objetivos estratégicos en Irán, incluyendo bases de la Guardia Revolucionaria, instalaciones nucleares y un aeropuerto. Según reportes, Israel habría eliminado a miembros clave de la Fuerza Aérea iraní y a científicos nucleares de alto rango.
El ataque iraní fue bautizado como “Operación Promesa Verdadera 3”, en continuidad con acciones similares en abril y octubre de 2024. El ayatolá Alí Jamenei advirtió horas antes que harían “miserable al enemigo sionista” y prometió una venganza eficaz.
La televisión estatal iraní aseguró que se derribaron dos aviones de combate israelíes durante la ofensiva, aunque Israel negó ese dato.
Esta nueva fase del conflicto podría desatar una confrontación directa entre ambos países, con repercusiones regionales e internacionales aún por determinarse.