La policía británica se encuentra hoy en máxima alerta, tras recibir una llamada sobre una amenaza de bomba, atribuida a grupos disidente del Ejército Republicano Irlandés (IRA), en vísperas de la  histórica visita de la reina Isabel II a Irlanda.
En un comunicado, la Policía Metropolitana indicó que todos su agentes están en alerta ante la posibilidad de una explosión en algún lugar concurrido del centro de la capital británica, en torno al Palacio de Buckingham, residencia oficial de la reina.
“Se recibió una alerta de seguridad sobre una bomba en relación al centro de Londres. La amenaza no es específica sobre la ubicación o el momento", destacó la policía, tras llamar a la población a mantener la calma y realizar sus actividades habituales.
Un portavoz del Ministerio del Interior admitió que la amenaza es seria y recordó que en Reino Unido el riesgo por terrorismo es "real”, tanto que en todo el país como en Irlanda del Norte existe una "alta posibilidad" de que ocurra un ataque.
Hay una necesidad constante de mantener la vigilancia y el público debe reportar cualquier actividad sospechosa a la policía, indicó el vocero, según un reporte de la cadena británica BBC.
"El nivel de amenaza de terrorismo vinculado a irlandeses no se ha incrementado y sigue siendo importante, lo que significa que existe una gran posibilidad de ataque", comentó la policía en su declaración oficial.
La amenaza de bomba obligó al cierre de varias importantes calles del centro de Londres, entre ella la avenida de The Mall que conduce al Palacio de Buckingham
La policía afirmó previamente que la alerta de seguridad llevó al cierre del Mall, una amplia avenida que da hacia el Palacio de Buckingham, cuyo acceso está prohibido por completo, además de varias plazas comerciales.
La BBC de Londres y  la cadena Sky News atribuyeron la amenaza de bomba a grupos disidentes del IRA, contrarios al proceso de paz en Irlanda del Norte y que amenazaron con un atentado durante la boda entre el príncipe William y Kate Middleton el 30 de abril pasado.
La alerta ocurre en vísperas de la histórica visita de la reina  Isabel II a Irlanda, el primer viaje de una monarca a Dublín desde su independencia de Reino Unido en 1921, y una semana de la visita de Estado del presidente Barack Obama a Londres.