La historia dirigida por Matthew Vaughn se desarrolla en la década de los 60, en el momento más álgido de la Guerra Fría, cuando la tensión entre Estados Unidos y la Unión Soviética amenazaba al planeta y cuando el mundo descubrió la existencia de mutantes.
En ese periodo "Charles Xavier" (James McAvoy) conoce a "Erik Lehnsherr" (Michael Fassbender), antes de adoptar los nombres de "Profesor X" y "Magneto", respectivamente, y en el descubrimiento de sus poderes.
Antes que rivales son amigos más cercanos y aliados para detener la amenaza más grande que el mundo haya conocido jamás, junto con otros jóvenes reclutas mutantes, algunos de ellos personajes favoritos de las películas previas de "X-Men", mientras que otros son héroes clásicos de los cómics, pero nuevos para la serie cinematográfica.
Esta entrega ofrece respuestas a preguntas como por qué "Charles" está en silla de ruedas, de dónde provienen la "Mansión-X" y "Cerebro" y cómo se unieron los "X-Men", entre otras.
"X-Men: Primera generación" es un nuevo inicio para la saga. La historia es de Sheldon Turner, guionista nominado al Premio de la Academia por coescribir "Up in the air", y Bryan Singer, director de las dos primeras películas de la serie, "X-Men" y "X2: X-Men United".
Singer comenzó a pensar en una historia que hablara de los orígenes cuando dirigió dichas entregas. "Siempre pensaba en las historias de los personajes, cuando le decía a los actores cómo ilustrar el comportamiento de los mismos. Así que ser capaz de regresar y armar esos antecedentes que tenía en mi imaginación fue muy satisfactorio".
El filme plantea que "Sebastian Shaw" (Kevin Bacon), un mutante que puede absorber energía y volverla a canalizar para convertirla en una fuerza sobrehumana, es la mente detrás de la crisis de misiles en Cuba.
En esta última, la Unión Soviética comenzaba a instalar misiles de mediano alcance, capaces de portar cargas explosivas nucleares a Estados Unidos, por lo que se requería que estas instalaciones fueran desmanteladas de inmediato.
El plan de "Shaw" es fomentar la crisis de los misiles en Cuba, hacer que naves y submarinos rusos lleguen a Bahía de Cochinos, para provocar que los estadunidenses y rusos combatan entre ellos, detonando una guerra nuclear que erradicará a la humanidad y permitirá a los mutantes apoderarse del mundo.
Para detener la amenaza, "Charles", "Eric" y sus jóvenes mutantes reclutas trabajan con un grupo secreto dentro de la CIA, conocido como "División X", dedicado a investigar la aplicación de la telepatía y del poder paranormal en la defensa militar.
La fotografía principal comenzó en agosto de 2010 en los Estudios Pinewood, en el Reino Unido. El diseñador de producción, Chris Seagers, creó más de 80 sets, incluidos 20 compuestos, en Pinewood y en locaciones a lo largo de todo el Reino Unido y Estados Unidos.
Para incrementar la esfera de acción internacional del filme, los realizadores recrearon locaciones en Argentina, Londres, Suiza y Rusia. A principios de diciembre, una unidad reducida se trasladó a Estados Unidos para filmar en el set de la playa cubana en la isla Jekyll, al extremo sur de Georgia.