El secretario académico del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del IPN destacó que para prevenir y combatir un brote de esta bacteria o cualquier otra, “la mejor arma es mantener adecuadas medidas de higiene”.
Detalló que hasta la fecha no se tiene certeza de dónde provino la bacteria que afecta a Europa, aunque “lo más probable es que se trate de una E. coli muy peligrosa, más letal que la del serotipo O157:H7 que provocó un fuerte brote conocido como “la enfermedad de la hamburguesa” en Estados Unidos en los años 80.
El experto en Microbiología Celular refirió que si bien este brote se dio en mayo, la variante del patógeno seguramente ha estado circulando desde principios de año, pero sus nuevas características no permitieron su rápida identificación y tomó por sorpresa a la población alemana, causando víctimas mortales.
Navarro García explicó que dentro de la E. coli hay dos patotipos muy similares, la Escherichia coli enterohemorrágica (EHEC) y la E. coli productora de la toxina Shiga (STEC), esta última es la que está presente en el actual brote.
“Se le identifica como STEC eae- (intimina negativo) y pertenece al serogrupo O104:H4, una cepa que normalmente es conocida por causar el Síndrome Urémico Hemolítico (HUS, por sus siglas en inglés), en niños”, comentó.
El investigador del Instituto Politécnico Nacional (IPN) detalló que el Síndrome se da al generar la toxina Shiga, que ataca al intestino y se infiltra en el torrente sanguíneo, llega a los riñones y bloquea la síntesis de proteína de las células.
“Es decir, éstas mueren porque no pueden producir sus propias proteínas causando el Síndrome, ya que los riñones fallan y el paciente muere o en el mejor de los casos, cursa con falla renal aguda”, indicó.
La bacteria ha cambiado su comportamiento, pues atacaba sobre todo a niños y ahora está infectando a adultos y personas de la tercera edad en gran proporción, lo que significa que encontró una forma de evadir la respuesta del sistema inmune, lo que la torna más preocupante, indicó.
El científico comentó que lo único positivo del tema es que al saber cómo interactúa con el intestino de los humanos, también se puede determinar cuál es el mejor antibiótico para combatir a la bacteria, de acuerdo con su fondo genético.
Puntualizó que la bacteria se contagia de persona a persona sólo en casos extremos de falta de higiene, por ejemplo, al manipular objetos, alimentos o saludar a otras personas, sin lavarse las manos luego de ir al baño. (Con información de Notimex)