Nueva York amaneció hoy con un mayor despliegue de seguridad en el sistema de transporte público, puentes y túneles a dos días del aniversario de los atentados contra el World Trade Center y tras conocerse informes de un posible nuevo ataque.

El comisionado de Policía de la ciudad, Raymond Kelly, dijo a periodistas que los agentes del orden estarán inspeccionando las calles y cada rincón de los estacionamientos en busca de artefactos explosivos.

Entre algunas de las medidas establecidas por las autoridades están la revisión de maletas, mochilas y bolsas en el tren subterráneo y se aumentará la vigilancia en túneles y puentes de la ciudad.

El vicepresidente Joe Biden explicó este viernes que aunque la información de un atentado contra Nueva York o Washington proviene de una fuente creíble, aún “no hay certeza” que el ataque haya sido planeado.

Biden dijo que él y el presidente Barack Obama recibieron reportes desarrollados por la CIA en las últimas 48 horas de que tres hombres pudieron haber ingresado al país con la intención de lanzar un ataque con coches-bomba dentro del territorio nacional.

Durante una conferencia de prensa realizada la noche del jueves el alcalde neoyorquino Michael Bloomberg afirmó que la ciudad no se puede dar el lujo de desestimar ningún tipo de amenaza.

Como parte de las medidas de seguridad previas a la conmemoración del décimo aniversario de los atentados, la policía ha desplegado fuertes medidas de seguridad en grandes centros de tránsito, lugares históricos y de culto.

Se establecieron además puntos de control para los vehículos que pasan por los túneles y puentes y verificar que no contengan explosivos.

Bloomberg pidió a los neoyorquinos que no cambien su rutina, pero que permanezcan vigilantes y en alerta ante cualquier movimiento sospechoso y que lo reporten de inmediato a las autoridades.

Funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional indicaron que la información extraída de la redada contra el desaparecido Osama bin Laden demostró que Al Qaeda estaba planeando otro atentado contra territorio estadunidense.