Un helicóptero sobrevuela la zona y las medidas de seguridad para ingresar son al estilo de un viaje internacional en los aeropuertos, con detector de metales y rayos x, pero hasta el momento todo transcurre con normalidad y con la típica puntualidad inglesa.
Las personas están ya en sus lugares y aprovechan para tomarse fotografías mientras que las cuatro pantallas gigantes exhiben advertencias como “una vez que salgas del estadio olímpico no habrá readmisión” y “sólo se permite fumar en áreas designadas”.
El espectáculo de luces, música y juegos pirotécnicos durará tres horas, pero la sorpresa estará reservada hasta al final cuando los espectadores en vivo y televidentes sepan quién encenderá la hoguera con la flama olímpica, símbolo del inicio oficial de las competencias.
La gente aplaude y vitorea en señal de emoción y expectativa mientras se comienzan a ver los primeros actores en escena al lado de algunos animales de granja como vacas y cabras.
Miles de personas asistieron a los ensayos generales en días pasados bajo el entendido de que no publicarían nada en las redes sociales, por lo que el elemento sorpresa se respetará hasta el final del espectáculo que tardó dos años en producirse, bajo la dirección del afamado director de cine Danny Boyle.