El olor a incienso, a flores, cánticos religiosos y el colorido de los contingentes, enmarcaron la edición número 21 de la Procesión del Viernes Santo en las calles del centro histórico de Puebla.
Las calles estaban repletas de fieles que asistieron a la Procesión de Viernes Santo, aproximadamente 125 mil, reportaron las autoridades y organizadores del evento.
Los cánticos religiosos fueron estremecedores al paso de las imágenes más representativas.
Los tamborileros y los fieles acompañaron en su recorrido por el Zócalo de la ciudad a la Virgen de la Soledad, Jesús de Analco, la Virgen de Dolores, Jesús Nazareno de San José y al Señor de las Maravillas, a pesar de sufrir por la inclemencia del calor.
Los fieles recorrieron las calles aguantando el cansancio, el clima y en algunos casos la insolación, por lo que algunas personas tuvieron que ser atendidas por los cuerpos de emergencia.
Desde muy temprano los fieles asistieron a esperar la llega de las imágenes en el Atrio de la Catedral como se había previsto. Los más de 2 mil organizadores de la Procesión, ya estaban en la explanada de la Catedral.
Cada una de las imágenes salió de sus respectivos templos, para que al filo del medio día llegaran a Catedral. La primera imagen en hacer su arribo fue la Virgen de Dolores que salió desde el Templo del Carmen. 16 fieles cargaban el cajón en el que descansaba la Virgen.
Los tamborileros entonaban los sonidos luctuosos, mientras hacía su arribo a la iglesia mayor. Los devotos la recibían con cánticos y rezos propios de los católicos.
Poco después llegó el contingente de Analco portando la imagen del Jesús de ese barrio. Al frente de los devotos, participó una comitiva de niños que cargaban insignias características de la pasión. La corona de espinas, una cruz, un cáliz, los clavos con los que fue crucificado Jesús y el INRI que se colocó en la parte superior de la madera donde se efectuó la crucifixión.
El calor pegaba a los visitantes. Lentes oscuros, sombreros, bermudas y sombrillas, eran portadas por los fieles para apaciguar los rayos del sol. Poco después llegó el contingente desde el Sagrario Metropolitano con la Virgen de la Soledad.
Más tarde llegó el contingente de la parroquia de San José y la cofradía de los Nazarenos, quienes portaban la representación de Jesús Nazareno.
Poco tiempo después, llegó la imagen del Señor de las Maravillas para completar la tradicional llegada a Catedral.
Cabe destacar que esta marcha figura como una de las más importantes del continente, la cual retomó la tradición de las procesiones de finales del Siglo XVI.
Puebla quedó obligado a suspender en 1861 su antigua procesión que data de varios siglos atrás, por lo que fue retomada a partir de 1992, tras 131 años de no hacerlo por la persecución del gobierno.
En el lugar estuvieron elementos de la Cruz Roja, vigilancia policial y bomberos para prevenir algún tipo de problema causado, sobre todo, por el efecto de alguna insolación o cansancio de los asistentes.