La ciudad de México tiene la prevalencia de consumo más alto de tabaco del país con 30.8 por ciento, por lo cual se intensificarán los esfuerzos para controlar su consumo, informó ayer la Secretaría de Salud (Sedesa) del Gobierno del Distrito Federal.
El titular de la Sedesa, Armando Ahued, agregó que la ciudad de México también tiene el primer lugar en adolescentes fumadores activos, con 20 por ciento, seguido de los estados de Zacatecas, Aguascalientes, Jalisco, Colima y Nayarit.
Durante la inauguración del acto “Diálogos ciudadanos de análisis, discusión y propuesta”, celebrado en el Palacio de la Antigua Escuela de Medicina, con motivo del Día Mundial sin Tabaco, Ahued citó datos del informe sobre tabaco de la “Encuesta Nacional de Adicciones 2011”.
Dijo que en términos absolutos, unos 17.3 millones de mexicanos de 12 a 65 años de edad son fumadores activos (12 millones hombres y 5.2 millones mujeres), en tanto que 21 millones son exfumadores y cerca de 41.3 millones nunca han fumado.
La edad promedio de inicio es a los 13 años de edad, según el estudio.
El responsable de los programas de salud en la capital mexicana reiteró que el tabaco mata al provocar cáncer, enfermedades cardíacas y respiratorias, ya que al ser consumido, contiene más de 4 mil sustancias químicas, de las cuales 400 son muy tóxicas y 50 cancerígenas.
En adición, tiene otros efectos como el dinero que se destina en tabaco y merma otros rubros como alimentación, educación, atención a la salud, lo cual obstaculiza el desarrollo y agrava la pobreza.
Ahued dijo que la estrategia para combatir el consumo se centra en la inspección sanitaria gubernamental para que lugares cerrados de acceso público mantengan espacios 100 por ciento libres de tabaco; en fortalecer el programa de Promoción y Educación para la Salud y en una infraestructura de salud para atender a los fumadores
De acuerdo con los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el tabaco es la segunda causa de muerte mundial, detrás de la hipertensión.
Cada año mueren alrededor de seis millones de personas por enfermedades relacionadas con el consumo directo de tabaco, mientras que otras 600 mil mueren por exposición al humo ambiental.