Foto.- Agencia Xinhua
En Puebla, la prostitución callejera es dominada por homosexuales, quienes en su gran mayoría se disputan cada acera con muy pocas mujeres que se atreven a retarlos.
Pero nada es de gratis, hay prostitutos que acusan –aunque no de forma oficial ante las autoridades- que tienen que pasar cuotas a uniformados policíacos, a quienes señalan como sus verdaderos explotadores.
Las cuotas no solo son a sus “padrotes” o “regenteadotes”, sino también a los patrulleros, para poder trabajar tranquilamente y si la noche no es buena, se paga hasta “con carne” en algunos casos.
De esta manera, la prostitución homosexual en Puebla se ha vuelto tan cotidiana como la venta de chalupas y tamales.
Solo basta darse una vuelta después de las 11 de la noche por las zonas rojas como el Paseo Bravo, Analco y el zócalo de la ciudad para notarla.