México ocupa el sexto lugar mundial en la venta de medicamentos falsificados, afirmó hoy la diputada Jessica Salazar, integrante de de la Comisión de Salud en la cámara baja.
La legisladora del opositor Partido de Revolución Democrática (PRD) subrayó que seis de cada 10 fármacos que se comercializan en el país son de procedencia ilícita, ya sea muestras médicas, productos cadudados, alterados o falsificados, por tanto unos ocho millones de mexicanos son víctimas potenciales del mercado negro de las medicinas.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, los medicamentos falsificados constituyen una peligrosa epidemia que se extiende a todo el orbe, ante lo cual es urgente adoptar medidas prontas y concretas.
La comercialización de medicamentos falsificados en todo el mundo alcanza 35.000 millones de dólares, en tanto que en México se calcula alcanza hasta 1.500 millones de dólares al año, indicóla diputada.
Los estados del país donde más fármacos falsificados han sido decomisados son Jalisco, Baja California, Michoacán y Yucatán.
Trejo, con base en cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social, señaló que la ingesta de productos caducos, falsificados o caducos obliga a los afectados a invertir desde 700 pesos (unos 52 dólares) en consultas privadas hasta 60.000 pesos (unos 4.471 dólares), cuando es necesario la hospitalización.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reportó que 50,6 por ciento de los productos confiscados en 2010 correspondieron a muestras médicas, 23,3 por ciento a medicinas caducas, 18,5 por ciento a fraccionadas, 5,3 por ciento maltratadas, 1,3 por ciento desvíos y 1,10 por ciento falsas o adulteradas.
Según la legisladora, la actividad se focaliza en las ciudades del Distrito Federal, Puebla, Guadalajara, Monterrey y Morelia.
La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) señaló que este mercado ilegal se da en tianguis, pseudofarmacias, puestos callejeros e incluso a través de páginas electrónicas de dudosa procedencia.
Para contrarrestar esta situación, Salazar propuso reformar algunos artículos de la Ley General de Salud para establecer un registro electrónico, el cual incluye un inventario de los medicamentos producidos en México y los de importación.