Al terminar su turno, 30 elementos iniciaron una protesta pacífica, pero impidieron al acceso a todo el personal administrativo, incluidos los directivos.
Los uniformados que están en servicio mantienen la vigilancia al interior del penal y permiten las visitas de los familiares de los internos.
La manifestación detonó tras el despido de tres custodios que faltaron el domingo, el día de mayor actividad; Ana Karen Nolasco, Perla Soto Roldán y Eduardo Juárez Canseco.
En el lugar dialogan con los inconformes el director de Gobernación, José Antonio López Espinosa y el delegado de Gobernación, Humberto Baltazar.
Los vigilantes aseguraron que no se van a retirar hasta que sean escuchados por la presidenta municipal Dolores Parra Jiménez y logren la destitución del director del Cereso, Rómulo Ramírez Huerta, a quien responsabilizaron directamente de las deficiencias en sus condiciones de trabajo.
En entrevista, demandaron homologar sus salarios con el personal del penal de San Miguel, pues apenas ganan 2 mil 400 pesos a la quincena. Además carecen de servicio médico de planta y si requieren consultas o medicamentos son enviados a las Farmacia Similares.
Tampoco tienen seguro de vida, a pesar del trabajo de riesgo que desempeñan, pues existe un evidente sobrecupo, resaltaron.
Por si fuera poco, recientemente les fue cancelado el desayuno y a las mujeres se les impide ingresar artículos para su higiene personal.
“La gota que derramó el vaso” fue el despido de tres elementos sin una causa justificada.