El proyecto para embovedar la barranca “El Aguje” y así evitar la fuga de lixiviados del Relleno Sanitario de Chiltepeque se heredará a la próxima administración municipal del alcalde electo, Antonio Gali Fayad.

La última temporada de lluvia evidenció el mal funcionamiento del relleno sanitario por la fuga de lixiviados a la barranca “El Aguaje”, lo cual causo molestia entre los habitantes de Santo Tomás Chautla por el foco de infección que se originó.

Poco después, el ayuntamiento de Puebla anunció la implementación de un proyecto de embovedamiento de la barranca con el fin de terminar con este problema, sin embargo, no podrá ser ejecutado en la actual gestión municipal.

Al respecto, el secretario de Medio Ambiente y Servicios Públicos, Alejandro Fabre Bandini reconoció que tal proyecto quedará pendiente, debido a que la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) tarda alrededor de tres meses en entregar la autorización que necesita la empresa RESA para ejecutar la obra.

Aunque el ayuntamiento en breve estará entregado a la instancia federal la solicitud para la autorización del proyecto, el funcionario municipal explicó que el proceso para el permiso es lento, por ello será casi imposible iniciar la obra en el actual gobierno.

No obstante, resaltó la necesidad de embovedar la barranca, ya que mientras no se haga será imposible, en época de lluvias, garantizar al 100 por ciento que no vaya a ver fugas de lixiviados.

Fabre Bandini aceptó desconocer el costo del proyecto, empero, señaló que después de tener la autorización, la empresa responsable de administrar el relleno sanitario será la encargada de poner el recurso y ejecutar la obra.

De hecho, la empresa concesionaria RESA tiene la obligación de mitigar riesgos para impedir el desbordamiento de las lagunas de lixiviados, de lo contrario la comuna poblana tiene la capacidad de multar en caso de presentarse alguna contingencia.

Al respecto, Fabre Bandini precisó que la supervisión que se mantendrá en el basurero de la capital hasta el término de la actual administración tiene la intención de fortalecer las estrategias para impedir escurrimientos de los líquidos que se generan por la descomposición de los desechos.

Aseveró que la supervisión es permanente por parte de personal de la dependencia y de la empresa concesionaria RESA para prevenir cualquier anomalía en el funcionamiento de estos sistemas.

Fabre Bandini recalcó que se están supervisando los bordos que se encuentran protegidos con membranas especiales que evitan escurrimientos, así como paredes de contención internos debido a que el terreno es de muy baja permeabilidad.