Cerca de 20 mil manifestantes realizaron la marcha del 1 de mayo, una de las más concurridas de la historia en el Día del Trabajo en Puebla, donde este año las mayores quejas giraron sobre la desaparición de sindicatos y la aprehensión de tres activistas.

“¡Va a caer, va a caer, el gobernador va a caer!”, fue lo que clamaron en gran parte de la marcha miembros del Frente en Defensa de los Pueblos para exigir la liberación de los activistas.

El grito de “Abraham, aguanta, el pueblo se levanta”, sirvió como una especie de himno para lanzar consignas contra el gobierno estatal, en referencia a uno de los tres activistas detenidos por oponerse a la instalación del gasoducto en la zona del volcán Popocatépetl.

En la marcha participó la diputada federal del Partido de la Revolución Democrática (PRD) Roxana Luna Porquillo, quien ha denunciado diversas irregularidades en estos tres años.

Entre los ONG que desfilaron se encuentran el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua, portando una lona grande con la leyenda: “Gobernador peligroso libera a nuestros compañeros inocentes FPDTA Morelos, Puebla y Tlaxcala”.

En la lona se plasmaron los retratos de los activistas Enedina Rosas, Juan Carlos Flores Solís y Abraham Cordero, quienes se encuentran recluidos en penales de Cholula y Atlixco desde hace varios días.

El segundo contingente fue conformado por despedidos del Hospital para el Niño Poblano (HNP), en su mayoría integrantes del Sindicato Único de Trabajadores de dicho nosocomio por desaparecer.

Los marchistas gritaban consignas constantes en contra del gobierno estatal y federal, con mantas y lonas con leyendas en su mayoría en contra del gobernador Rafael Moreno Valle Rosas.

Marco Antonio Mazatle, integrante del Movimiento por la Alternativa Social (MAS) y líder del Sindicato de Telefonistas, en entrevista indicó que las tres principales demandas fueron primero, la liberación de los presos ambientalistas (o activistas) en contra del gasoducto.

Además, que se reconociera al Sindicato Único de Trabajadores del Hospital para el Niño Poblano (SUTHNP) y, tercero, el cese a la represión de los movimientos sociales.