El día 24 de junio murió el luchador social y defensor del derecho humano a la vivienda Don Delfino Flores Melga, hombre congruente que a sus casi 90 años se encontraba encarcelado injustamente en el penal de exterminio CERESO de San Miguel, en Puebla, acusado por los empresarios Luis Flores Carpenter y Alejandro Flores Pastrana, personajes supuestos propietarios de un terreno de 17 hectáreas en el cerro de Xilotzoni en San Jerónimo Caleras mediante escrituras de dudosa procedencia. Sin embargo, dicho terreno de acuerdo con información de la Secretaría de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano, (SEDATU) es parte de los bienes nacionales.
Don Delfino Flores Melga durante décadas organizó a personas de escasos recursos para que ejercieran su derecho a la vivienda por la vía de los hechos. Acudió a todas las instancias gubernamentales para legalizar los predios. Se plantó en el zócalo de la ciudad para denunciar la falta de voluntad política del gobierno mexicano para garantizar el derecho a la vivienda.
El encarcelamiento y muerte de Don Delfino en el penal de exterminio, es una muestra de la corrupción y del nivel de descomposición en el que se encuentran las instituciones encargadas de procurar la impartición de justicia. Tal como lo estaba demostrando su defensa en la revisión de su proceso ante el Tribunal Superior de Justicia del estado de Puebla.
No basto que fuera una persona de casi 90 años, no bastaron las reformas constitucionales en materia de derechos humanos, no fue suficiente el principio de pro persona, ni siquiera las penas alternativas. Todo su proceso fue hecho a modo para que un par de empresarios y su horda pudieran lucrar ilegalmente con los terrenos bienes de la nación.
A pesar de la queja interpuesta en la CEDH de Puebla, la CNDH y el propio director del CERESO de San Miguel para que emitieran una recomendación o exhortaran al gobierno estatal de permitirle seguir su proceso en casa, así como de que en reiteradas ocasiones organizaciones populares y compañeros de lucha denunciaran la situación en que Don Delfino se encontraba por la edad que tenía y por su delicado estado de salud, hubo nula voluntad por parte de las instancias gubernamentales para resolver su situación jurídica dejándolo en un total estado de indefensión. Ya estarán satisfechos los oportunistas y vividores que en su momento se aprovecharon del trabajo político de Don Delfino.
Por justicia a un luchador social y defensor del derecho humano a la vivienda como lo fue Don Delfino Flores Melga, el gobierno del estado de Puebla esta obligado hacer un acto público de desagravio post mortem.