El gobernador Rafael Moreno Valle sigue sin hablar sobre el desalojo violento del pasado 9 de julio en San Bernardino Chalchihuapan; en donde elementos de la Secretaría de Seguridad Pública utilizaron todo un “arsenal” que incluyó balas de goma, gases irritantes CS, CN y saf smoke, para disuadir la protesta.
El saldo del operativo fue un menor el cual se debate entre la vida y la muerte en el Hospital General de Sur. De acuerdo con una fuente confiable que estuvo presente en el quirófano durante la intervención que se le practicó al niño víctima de la brutal represión morenovallista, quien sufrió pérdida de tejido óseo de bóveda craneana (perforación del cráneo), lesión de duramadre (cubierta del cerebro) y pérdida de masa encefálica de 7 a 8 centímetros cúbicos, el pronóstico es "muy grave".
Además, un centenar de lesionados entre policías y pobladores de las juntas auxiliares fue el resultado del operativo del gobierno del Estado.
Sin embargo, ante lo delicado del tema, el gobernador Moreno Valle rehúye al tema; incluso, su equipo de seguridad impide a los reporteros acercarse a él para obtener una impresión sobre el caso. La única información del gobierno es a través de escuetos comunicados.
Durante una gira de trabajo por Huauchinango, el mandatario poblano ignoró los señalamientos de la prensa. Prefirió tocar temas como: la universidad de Pemex, el proyecto turístico en la presa de Necaxa. Incluso, se dio tiempo de platicar sobre al reciente visita del presidente Enrique Peña Nieto.