Una de las tradiciones que ha privilegiado y reconocido a la junta auxiliar de San Hipólito Xochiltenango —en el municipio de Tepeaca—, son sus marisquerías; una de ellas, Villa del Mar, es la original, pionera en esta actividad que poco después y a lo largo de los años, muchos de los habitantes fueron imitando y viendo el negocio de la venta de mariscos como una alternativa económica después de la agricultura.
En entrevista a Intolerancia Diario, el empresario de Villa del Mar, Lorenzo Díaz Huerta relata que fue en 1980 cuando sus padres, Elia Huerta (QEPD) y Febronio Díaz Santiago, iniciaron con un modesto local dándole un giro a la comida que algunos lugareños ofrecían —en ese entonces— a las personas que tenían que cruzar por la entidad para llegar a Tepeaca o a Puebla.
“La única actividad —y no tan redituable— era la siembra de maíz, flor y legumbres, como la mayoría de la gente sobrevivía; desde hace poco más de 30 años mis padres y mis hermanos hemos ido luchando y que después de ser siete personas, ahora el equipo de trabajo se componga de 70”, resaltó.
Expuso que la tradición se dio gracias a que los habitantes se sintieron motivados por ampliar esta actividad comercial y que pese a que sea una competencia para ellos, también significa un aliciente para que Villa del Mar se mantenga a la altura, con la frescura y la calidad de los productos que ofrece a sus comensales.
Cabe mencionar que la familia Díaz Huerta mantiene abierta sus puertas los 360 días del año, de lunes a domingo de 8:00 a 21:00 horas, detalle que también ha sido fundamental para mantenerse en el gusto de los clientes.
Calidad e higiene, una exigencia
Entre las requerimientos que debe cumplir un establecimiento que expide productos del mar, es la higiene; de acuerdo con Lorenzo Díaz Huerta, Salubridad supervisa constantemente que cumplan con las normas que exige la Secretaría de Salud, que los ha calificado con la puntuación más alta de 100.
“Antes de Semana Santa y en diciembre empiezan las revisiones por parte del personal de Salubridad, quienes revisan cada detalle de la comida, el establecimiento y de nuestro equipo de trabajo; esto nos permite y ayuda a garantizar que nuestro servicio y producto esté sano para su consumo”, enfatizó.
Calidad y costo
Por otro lado, destacó que la calidad de los mariscos, el servicio y costo son fundamentales para la empresa; para lograrlo deben cerciorarse que el producto sea fresco y de la mejor calidad —aunque sea difícil conseguirlo durante las diferentes temporadas del año—.
“Es una lucha constante conseguir lo mejor de lo mejor para nuestros comensales, pero vale la pena; el pescado por ejemplo, es traído de Progreso, Yucatán; el camarón de Alvarado y Chiapas; la mojarra, de Tamaulipas; la jaiba y la pulpa de jaiba, de Tampico; por mencionar algunas. Nuestro propósito es garantizar que nuestra clientela tenga calidad que exige a un precio accesible”, subrayó Díaz Huerta.
A su vez, indicó que pese a la actual crisis económica que azota al país, la competencia y otros factores, tratan de mantener los precios durante todo el año y que al término del mismo sólo se incrementa de 2 a 3 pesos para no afectar el bolsillo y dar el mejor precio a sus consumidores.
Ejemplificó que una persona puede comer y sentirse satisfecho pagando un mínimo de 100 o hasta 200 pesos, bien servido. Para darse una idea, los platillos clásicos van desde 15, 35, 45 pesos, hasta platillos especiales de 85 pesos, o la especialidad de la casa —para 4 personas— la “parrillada de mariscos” de 350 pesos.
“Cuidamos todos los detalles del negocio, por eso nos hemos mantenido aún en temporada de vacaciones; nuestra filosofía es respetar a nuestra clientela y darle lo mejor en todos los aspectos, cuidamos que todas las familias se vayan satisfechas.”
Agregó que gracias a ello no han tenido un déficit en las ventas en lo que va del año y como plus, por cuenta de la casa invitan diversos postres o dan alguna cortesía durante la hora de comida.
Finalmente, Lorenzo Díaz Huerta y familia extienden la cordial invitación a todas las personas que deseen disfrutar de un cálido clima con la frescura que ofrece Villa del Mar… el original, en San Hipólito, Tepeaca —en el kilómetro 40— o en su sucursal, en la ciudad de Tehuacán, con la seguridad de que usted y su familia se irán con un buen sabor de boca.