“Urge que las autoridades de los diferentes niveles de gobierno, con apoyo de dependencias como la Secretaría de Salud (SSA), la Sagarpa y asociaciones civiles agrícolas, unifiquen esfuerzos para que se produzcan productos orgánicos en beneficio de la alimentación y sobre todo de la salud. Si queremos que nuestros campesinos sean empresarios rurales, sean competitivos y exporten, es necesario empezar por este gran paso, que sería de alto impacto para todos”, aseveró Enrique Ramírez Berriel, presidente de la Fundación Producción Orgánica del Empleado Rural (Froper).

En entrevista a Intolerancia Diario, Ramírez Berriel expuso que uno de los graves problemas que existen en el sector agrícola en el país, en donde la entidad Poblana no es la excepción, es que se utilizan una gran diversidad de insecticidas que están prohibidos o vetados a nivel mundial, provocando graves problemas de salud en el consumidor, que se han incrementado a lo largo de las últimas décadas.

“Actualmente estamos viviendo una circunstancia muy difícil en cuanto a manejo de insecticidas que están prohibidos a nivel mundial. En México utilizamos químicos que han sido dados de baja o que no se usan en otros países por su alto nivel de toxicidad para el ser humano, como el glisofato, el furadam, el faena fuerte, por mencionar algunos, que son usados comúnmente por los campesinos.

”Lo grave de consumir productos, que para su cosecha se utilizaron, insecticidas, herbicidas y agroquímicos, es que han generado un sinfín de problemas de salud en niños, jóvenes, adultos y personas de la tercera edad, en enfermedades como cáncer, lupus, insuficiencia renal y neurosis, entre otras, que son mortales”, alertó.

Ejemplificó que países como Alemania y Japón han incursionado en la producción de alimentos orgánicos, pues está comprobado que son altamente benéficos para salud el hombre, por ello la urgencia de que en México se eliminen en su totalidad los herbicidas, insecticidas y otros agroquímicos.

Las propuestas

El también médico veterinario zootecnista ha estado al frente de la Asociación Froper por más de dos años y, a través de ésta, ha atraído diversos proyectos productivos para los campesinos de la región de Chalchicomula de Sesma, como el programa Parcelas de Traspatio.

Indicó que para que los campesinos sean empresarios rurales, que sean competitivos y que puedan tener la alternativa de exportar sus productos a otros países, es necesario capacitarlos y asesorarlos en la realización de compostas, lubricompostas y productos para el control de maleza, para que puedan usarlos en sus cosechas, ya que, además de que esto implica un bajo costo, se incrementaría una responsabilidad en cuanto a la salud y alimentación.

“Estamos ante una situación en que, si queremos que nuestros campesinos y productores del sector agrario sean competitivos para que exporten lo que cosechan, es necesario enseñarles a cultivar productos orgánicos, a fertilizarlos con compostas, lubricompostas, lixiviados y caldos nutritivos, existe un amplia gama de estos productos.

”Hoy en día, es importante enseñarles a nuestras familias que pueden producir lo que van a comer de manera saludable y que el excedente que cosechen, lo puedan comercializar”, enfatizó.

Refirió que gracias al programa Parcelas de Traspatio, que se ha implementado en Chalchicomula de Sesma, se atrajo el proyecto para la siembra del champiñón o setas, en donde se ha enseñado a la gente que, además de que tienen ventajas altamente nutritivas, pueden comercializarlo con su gente.

“Hemos comprobado que una familia vive con la mitad de lo que cosecha en sus parcelas de traspatio, y la otra mitad lo vende a su gente, asegurando parte de su alimentación y aparte un ingreso económico extraordinario en apoyo a su economía en el hogar”, destacó.

Finalmente, Ramírez Berriel expuso que una excelente iniciativa es que todas las autoridades municipales, estatales, federales, representantes de asociaciones civiles, líderes gremiales, y todos los involucrados en el sector agrario, unifiquen esfuerzos para lograr la producción de productos orgánicos, eliminando ó prohibiendo en su totalidad el uso de herbicidas, insecticidas y otros productos químicos dañinos para el hombre.

“Debemos trabajar en equipo, unificando esfuerzos. La tarea no depende de algunos cuantos, es responsabilidad de todos, pues, al tiempo de garantizar una seguridad alimentaria en nuestro municipio, estado y país, estamos consumiendo productos que son saludables. En ese sentido, debemos darle un nuevo enfoque al crecimiento del campo, pues sólo así podremos abatir la pobreza alimentaria, y que las familias campesinas tengan una alternativa más próspera”, finalizó.