Oliva González Sande, presidenta del Sistema Municipal DIF de Izúcar de Matamoros, hizo un llamado a la comunidad a dignificar y reconocer el trabajo que desempeñan diariamente miles de mujeres en el municipio, “ya que son parte fundamental en el progreso de nuestra comunidad”.

En el marco de la Conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, dijo que el reconocimiento a las féminas debe ser un acto natural y no un decreto; lo anterior, al puntualizar que el avance en el respeto hacia las mujeres es evidente, pero que aún la tarea no está concluida, y la mejor forma de contrarrestar la violencia hacia las mujeres es por medio del conocimiento de sus derechos humanos.

“La violencia hacia las mujeres es un hecho lamentable que este sector de la población ha sufrido a través de la historia, por ello se hizo necesario adoptar declaraciones y convenciones internacionales que previeran las garantías que son inherentes a las mujeres”.

Aseguró que la violencia contra la mujer no sólo daña a la persona, también a las familias e impide que ejerzan todas sus potencialidades, restringiendo su crecimiento económico y su desarrollo social, además recordó que no deben existir argumentos válidos para tolerar ninguna agresión femenina, “pues hacerlo implicaría un retroceso en la cultura de respeto de los derechos universales”. 

González Sande recordó que fue el 17 de diciembre de 1999 cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, exhortando a gobiernos, instituciones y organismos de la sociedad civil a promover y difundir sus derechos y, al mismo tiempo, denunciar los posibles actos violatorios en contra de ellas.
Dicha fecha quedó establecida, en memoria del brutal asesinato en 1960 de las tres hermanas Mirabal, activistas políticas de la República Dominicana, por orden del gobernante dominicano Rafael Trujillo.

Por último, exhortó a las mujeres de Izúcar para que tomen en cuenta algunos derechos que deben llevarse a cabo en forma cotidiana, por ejemplo: “Tomar libremente decisiones que afecten su vida”, “ser respetadas física, sexual y psicológicamente”, “no ser humilladas, ridiculizadas o menospreciadas, ni en público ni en la intimidad”, “ser protegida durante sus embarazos y en el ejercicio de su maternidad” y “recibir un salario igual que los hombres por igual trabajo”, entre otros.