Humedad en muros, filtraciones en techos, falta de energía eléctrica, lámparas colocadas improvisadamente con un alambre, una barda colapsada, falta de drenaje, entre otras anomalías, son las condiciones en las que se encuentra la preparatoria regional Enrique Cabrera Barroso —extensión Teziutlán— de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), que fue entregada a mediados del mes de marzo del 2013 y que hasta la fecha no ha sido ocupada por los alumnos debido a que presumen que representa un riesgo para ellos.
Ante este panorama y por iniciativa propia, padres de familia solicitaron el apoyo de especialistas en el ramo de la construcción para que realizaran una evaluación de los daños que presentan las instalaciones de la preparatoria UAP y así reparar el inmueble para que sus hijos y el personal docente ya puedan hacer uso de este espacio educativo.
“Por el momento, los padres de familia acordaron iniciar una investigación para conocer la empresa que llevó a cabo la construcción —que se hará en conjunto con la UAP— para conocer los detalles de la obra, la fianza de los posibles vicios ocultos, entre otros trámites que se realizarán, todo esto debidamente asesorado legalmente”, aseguró el presidente del comité de padres de familia, José Luis Gutiérrez Mora.
Finalmente, mencionó que estarán en espera de los resultados que emitan los especialistas y, en caso de que existan defectos o anomalías que pongan en riesgo la integridad de los estudiantes, tomarán acciones legales contra quien o quienes resulten responsables.
“En caso de existir anomalías en el inmueble que pongan en riesgo la integridad de los alumnos, se tomarán las acciones legales correspondientes. Todo esto será analizado entre los mismos tutores. Mientras tanto, la siguiente reunión será para dar a conocer los resultados de la primera etapa de revisión”.