Terrenos localizados en las faldas del cerro Zapotecas, declarado como Área Natural Protegida, por la Consejería Jurídica del gobierno del estado, y otros ubicados en el municipio de San Andrés Calpan (sobre la carretera Cholula-Calpan) son utilizados como basureros clandestinos, contaminando gravemente la tierra de cultivo y los mantos acuíferos en la zona.
En un recorrido que realizó Intolerancia Diario recientemente, se constató que el basurero que se ubica en las faldas del cerro Zapotecas continúa operando sin que las autoridades de la Secretaría de Sustentabilidad Ambiental y Ordenamiento Territorial, la Profepa, la Semarnat e incluso las autoridades municipales hagan algo al respecto.
Aunado a este “foco” de infección —terreno que presuntamente pertenece a un particular—, ya se sumaron más de 10 en los últimos tres años, sin que las autoridades federales y estatales tomen las medidas necesarias para evitar el daño ambiental, pues a diario son tirados escombros, animales muertos y otros desperdicios, lo que ocasiona malos olores y la proliferación de fauna nociva como zopilotes, perros y moscas.
De acuerdo con los vecinos de la zona, diariamente de 50 a 70 camiones de volteo descargan todo tipo de desechos en estos terrenos, pagando a los respectivos dueños —por cada viaje— de 15 a 80 pesos, dependiendo del tipo de basura y el tamaño del vehículo, todo esto en un horario de 6 a 20 horas.
Crescencio Cruz, quien trabaja como pepenador en uno de los basureros, alegó que presuntamente el dueño del terreno (que se ubica en territorio de Cholula) cuenta con los permisos del gobierno para recibir en sus tierras, exclusivamente, escombro; sin embargo, al lugar llegan diversos desperdicios de la ciudad.
En otro terreno, ubicado aproximadamente a 300 metros del Kartódromo Cinco Caminos, en San Andrés Calpan, se encuentra otro tiradero a cielo abierto, bardeado con malla ciclónica, en donde se detectaron —en su interior— varios camiones de volteo, retroexcavadoras y una patrulla de la Policía Municipal con el número P-348.
La negligencia
Cabe recordar que desde el pasado 23 de agosto de 2011 Intolerancia Diario dio a conocer sobre los terrenos de cultivo, baldíos y barrancas que se localizan en el trayecto de Cholula, Nealtican y San Nicolás de Los Ranchos, que son utilizados como basureros clandestinos, ante la nula acción o intervención de las autoridades.
Casi tres años después de la publicación, la proliferación de basureros clandestinos se ha triplicado, aunado a las constantes quejas e inconformidades de los habitantes, quienes aseguran que nada pueden hacer para evitarse enemistades con sus vecinos.
“Aquí vienen camiones de volteo de empresas privadas, hasta de los ayuntamientos cercanos, para tirar sus desperdicios y así ahorrarse el pago del relleno sanitario. Lo malo es que esta gente cava en una gran extensión de tierra para después taparlo, envenenando los mantos acuíferos y enfermando las tierras donde cultivamos”, manifestó don Porfirio Luna.
Y criticó: “Las autoridades nada más vienen a hacerle al cuento y no hacen nada, todos vienen a tirar su basura y estos se hacen de la vista gorda, pues alegan que el tema no le corresponde al Gobierno Federal, que es el estatal y éste le responsabiliza al municipal. El chiste es que entre todos se echan la bolita y se lavan las manos”.
El daño ambiental
De acuerdo con el boletín emitido por la Sociedad Geológica Mexicana (SGM), el problema de los miles de desechos (escombros y material orgánico) que son tirados en las barrancas, además del problema de contaminación al medio ambiente, obstruye los cauces naturales de desagüe del volcán Popocatépetl, lo que pone en riesgo a toda la población no sólo del municipio de Nealtican, sino de otras comunidades de San Nicolás de los Ranchos.
“Al obstruirse el flujo de la corriente se genera un peligro creciente e inminente para las comunidades e infraestructura establecidas aguas abajo, en la ribera y las llanuras de inundación, por la repentina liberación del volumen de agua retenido al colapsarse la barrera natural por el sobre flujo”, expone la SGM en su artículo volumen 63, número 1, 2011, páginas 15-38.
De acuerdo con las autoridades de la Procuraduría Federal de Protección Ambiental, otro de los problemas que genera la materia orgánica presente en los Residuos Sólidos Urbanos (RSU) es que se degrada formando un líquido contaminante de color negro y olor muy penetrante, denominado lixiviado.
”Este líquido arrastra todo tipo de sustancias nocivas que, de no ser controlado adecuadamente, pueden contaminar, además de la atmósfera, los suelos, las aguas superficiales y las subterráneas (mantos acuíferos)”.
Finalmente, los vecinos del lugar exigen a las autoridades correspondientes que tomen cartas en el asunto y actúen para detener y reparar el daño ecológico provocado por particulares que utilizan sus terrenos de cultivo para convertirlos en tiraderos a cielo abierto.