Familiares de internos del Centro de Readaptación Social (Cereso) de Atlixco, quienes solicitaron el anonimato por temor a futuras represalias, revelaron a este medio las condiciones insalubres en las que se encuentran los internos como: comida echada a perder, hasta 70 reos hacinados en una celda de uno por tres metros, la disminución de días y horas para visitas, maltrato a personas con capacidades diferentes, entre otras presuntas irregularidades. 

Más de cinco señoras, la mayor parte de la tercera edad, solicitaron la intervención de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) de Puebla para que investiguen y constate las condiciones insalubres con las que opera el Cereso de Atlixco, y acusaron al actual director José A. López de emprender una actitud represora al interior del penal.

Las mujeres, quienes en repetidas ocasiones solicitaron el anonimato, pues aseguran que temen por la vida de sus familiares, refieren que cuando una persona detenida entra por primera vez al penal lo meten a una celda que tiene un solo baño y está sucio.

“Es un olor fétido insoportable, nuestros familiares nos dicen que las celdas son mazmorras, están infestadas de cucarachas, chinches, garrapatas, piojos. Además los custodios tratan a los internos como animales, la comida es muy pobre, la mayoría de las veces les dan las cosas echadas a perder y (de buena fuente) sabemos que a la comida le echan sal nítrica.

”Las personas que nos revisan antes de entrar son déspotas, nos gritan, ofenden, humillan. Nos tratan mal, la mayoría lloramos pues no podemos hacer nada, porque si decimos algo castigan a nuestro familiar o simplemente, nos niegan la visita”, refieren.

Aseguran también que los custodios, al revisar la comida les meten las manos sucias, la “picotean”: “Cuando les llevamos cosas a nuestros familiares, los custodios se las quedan y se las reparten entre ellos mismos. Le hemos llegar las quejas al director pero éste no ha hecho nada”.

Por otro lado, indican que cuando los presos tienen riñas los custodios sólo se divierten y no intervienen para evitar un conflicto mayor, como el ocurrido el pasado lunes 14 de julio del año en curso, en donde —afirman— existen más heridos que el que dieron a conocer las autoridades.

“Apenas se desató un conflicto en donde, según el director del Cereso sólo hubo cuatro heridos, pero nuestros familiares nos dicen que hubo más internos con lesiones graves pero el director ha ocultado todo. Ese día del altercado llegaron los antimotines, estatales y el Ejército, quienes les pegaron brutalmente a todos los presos, por parejo, incluyendo a las personas discapacitadas; además, les quitaron todo su dinero y las cosas que venden para sobrevivir adentro del penal como cigarros, dulces, agua, juegos de madera, bolsas tejidas”.

La exigencia

Presumieron que el director José A. López tiene favoritismo hacia algunos reos pues indicaron que éste ha permitido la entrada de armas blancas: “Nuestros familiares nos dicen que hace dos semanas aproximadamente, había un preso que vende dulces y sus mismos compañeros le quitaron todo lo que tenía, lo apuñalaron por la espalda dejándolo gravemente herido y se dice que está en un hospital. 

”¿Y el director? Bien gracias. Desde que él entró se han desatado muchas muertes entre los presos. El que estaba antes de él mantenía más orden que lo que ahora se vive; es por ello que solicitamos que intervenga la CNDH para que investigue y que cambien al director por una persona que esté más preparada y con más escrúpulos”.

Por otro lado, señalaron que —de acuerdo a las versiones de sus propios familiares— existe una persona con capacidades diferentes, quien es maltratado constantemente por los custodios: “Existe un muchacho que tiene un problema mental, cuando éste debería estar en un psiquiátrico. De hecho, nos dijeron que apenas lo encerraron en la celda de castigo y no le dan de comer”.

Aunque admitieron que sus familiares están presos por haber cometido un delito y que deben cumplir su castigo conforme a la ley, manifestaron que deben cumplir su condena en un centro penitenciario que sirva para readaptar a los internos.

“Pedimos, rogamos la intervención de los Derechos Humanos y que las autoridades en realidad investiguen estos casos; además, de que se destituya al actual director del penal (…) La casa donde estuvo ‘Chucho, el roto’ estaba decente, a como están ahí”.