Una corona, arreglos florales, cohetes, música, sombrillas y cabezas bajas se vieron en el cortejo fúnebre que pobladores de La Magdalena Tetela organizaron para acompañar la tarde del domingo a los padres de Luis Ángel, el adolescente de 16 años que murió tras ser herido de bala en un fallido operativo entre la Policía Estatal y huachicoleros.
Altagracia Cid Valdés y Andrés León Varela, padres del menor, encabezaron la despedida. Ella utilizó un suéter y un chaleco rosa, un vestido blanco con vivos azules que acompañó con medias negras y un sombrero para cubrirse de los rayos del sol. Él, una gorra blanca y el estampado de New York, una camisa verde desabotonada, camiseta blanca, cinturón café y un pantalón negro.
Unas horas antes familiares y amigos llegaron a la puerta del domicilio de Luis Ángel, sitio en donde se veló el adolescente que falleció desde la madrugada del viernes 28 de octubre. Su cuerpo fue entregado a sus padres después de varios trámites la noche del sábado, denunció su madre: “Nos la hicieron de bronca porque teníamos que meter algunos papeles”.
Los padres de Luis Ángel sostuvieron sus acusaciones. La bala que mató a su hijo provino del arma de un policía estatal, un elemento que disparó cuando huían de La Magdalena Tetela después de realizar un operativo en contra de presuntos ladrones de hidrocarburo –conocidos como huachicoleros-.
En una declaración a El Sol de Puebla, Altagracia Cid clamó: “Nosotros queremos que la autoridad los entregue a ellos (los policías), porque ellos saben más que nadie quienes fueron”, mientras el padre declaró: “Lo primero que yo quiero ver es que los encierren”.
Al cierre de esta edición, la versión no ha sido desmentida ni confirmada por la Fiscalía General del Estado (FGE), aunque las autoridades reconocieron la muerte del menor a causa de un impacto de bala en el abdomen y que dos uniformados accionaron sus armas.
El féretro color caoba fue llevado por 6 hombres desde la casa hasta el panteón donde fue sepultado, en su camino pasaron por la presidencia auxiliar sitio en el cual no se apreció a ninguna autoridad estatal.
Dejó a dos niños y una esposa
A su corta edad Luis Ángel había formado una familia, por ello sus deudos exigen apoyos para la hoy viuda y también para sus dos hijos: uno de año y medio y una bebé de 2 meses de nacida.
Andrés León, padre del occiso, detalló que su hijo trabajaba como albañil en la comunidad de San Jerónimo Ocotitlán y que regresaba de laborar cuando se realizaba el operativo. Al vehículo en el cual viajaba se le ponchó una llanta, él descendió del auto y aprovechó para orinar; fue cuando los estatales le dispararon, causándole la muerte.
“Él venía de Ocotitlán, se le ponchó la llanta y ya se bajaron a ver y él estaba orinando en un poste. Ya iban de salida los policías y empezaron a tirarle sin deber nada”, fueron sus palabras.