Luego de dos años de haber sido suspendido por la contingencia sanitaria provocada por la pandemia de Covid-19, regresó el carnaval de Huejotzingo, la fiesta más afamada de este tipo en el estado.

El truene de los mostachones y representación de enfrentamientos en un colorido desfile, se realizaron en calles del municipio ubicado a media hora de la capital de Puebla.

La edición 154 se mantuvo como una oportunidad para fortalecer la hermandad, y celebrar su herencia cultural con orgullo, tras dar una pausa por los protocolos sanitarios establecidos debido a la pandemia.

Aunque se tomaron algunas medidas sanitarias, no se guardó sana distancia y volvió a correr el alcohol en las calles, como antes de la pandemia.

Las actividades se llevarán a cabo los días 26 y 27 de febrero, en las que no sólo se espera la visita de los ciudadanos huejotzingas, sino también visitantes de otros estados y países.

Durante este fin de semana, los visitantes disfrutan del gran espectáculo de los danzantes y batallones de los distintos barrios, quienes lucirán los trajes típicos del carnaval: Zapadores, Indios, Turcos, Zacapoaxtlas y Zuavos.

Además, se realizó la entrega simbólica de la Plaza de Armas a los Batallones de los cuatro Barrios que conforman Huejotzingo, y el tradicional desfile, realizado en el primer cuadro de la ciudad.

Asimismo, se hace la representación del Casamiento Indígena, el robo de la Dama y la quema del jacal.

En el evento existe un trabajo coordinado entre las autoridades de seguridad de los tres niveles de gobierno como los son Seguridad Pública, Protección Civil, Tránsito, la Guardia Nacional y Sedena, para ofrecer un clima de orden.

El Carnaval de Huejotzingo es uno de los más antiguos y más representativos del país; fue nombrado Patrimonio Cultural del Estado de Puebla por decreto del Ejecutivo estatal.