Ataviada con el traje típico de la cultura náhuatl de la Sierra Norte de Puebla y portando la cinta que la identifica como próxima reina de la Gran Feria de la Manzana 2023, Guadalupe Yoliria busca que su nombramiento trascienda más allá de las celebraciones de este agosto, para crear un impacto positivo en el rescate y la conservación de la cultura de las comunidades de Zacatlán.
“No lo puedo describir con palabras, es un honor, un orgullo, pero también una gran responsabilidad”, indicó sobre su nombramiento en entrevista para Intolerancia Diario, durante la pasada presentación en Puebla capital de las próximas festividades, que se llevará a cabo del 12 al 20 de agosto.
Para la estudiante de la licenciatura en Turismo Alternativo, de la Universidad Intercultural del Estado de Puebla, también se trata de una gran oportunidad para visualizar la cultura y las necesidades de su comunidad, San Miguel Tenango.
Por lo tanto, indica que buscará ser una voz para “revalorizar lo que tenemos en las comunidades y no hacernos menos ante la gran globalización que tenemos en nuestra sociedad, el que nos vean con un traje típico, el que cambien la manera en que nos perciben, la manera en que creen que no podemos lograr algo como comunidad”.
Profesión y turismo sustentable
Su travesía, dijo, no culminará con su coronación el próximo 12 de agosto. A decir de Yoliria, el nombramiento como reina de la Gran Feria de la Manzana 2023 será parte fundamental de su formación profesional.
Ante el camino que se abre con esta experiencia, enfatizó, busca desarrollar proyectos de turismo rural, con un enfoque sostenible y sustentable el cual le “da la oportunidad a las comunidades de poder apoderarse de su propio territorio, de poder sentirse parte de él y de poder retomar y recordar cuál es su identidad”, ante el problema de pérdida de identidad al que se enfrentan.
Con San Miguel Tenango, creará un proyecto de desarrollo turístico alternativo, con la finalidad ser un parteaguas para las comunidades de Zacatlán: “Podríamos recobrar la vida de muchos lugares, muchas culturas y muchos universos”, señaló.
“Tenemos una forma de vivir más tranquila, más cercana a las personas, más humana y que nos hace más sensibles hacia nuestra madre naturaleza y el respeto hacia el cuidado de la misma”, mencionó.
Guadalupe Yoliria, de 21 años de edad, contó que fuera de sus responsabilidades como estudiante y ahora como reina electa, disfruta pasar el tiempo al lado de su familia, reír y debatir con sus compañeros sobre diversos temas, con la finalidad de aprender y nutrir a su persona, además, mencionó que le agrada conocer otros lugares.
“Esto resulta una pieza de suma importancia dentro de mi vida, porque es una preparación que he tenido desde que me eligieron, con maestros y docentes, y creo que eso abona muchísimo a mi vida es muy fructífero para lo que quiero llegar a realizar, no solo para mí sino para mi comunidad y para todas las comunidades en las que sea posible realizar algún tipo de proyecto de turismo rural”, destacó.