El presidente Felipe Calderón Hinojosa advirtió que los gobiernos no pueden apostar a la cerrazón y a detener los flujos migratorios por decreto, con políticas y legislaciones xenófobas, represivas y violatorias de los derechos humanos.
Al inaugurar en la cancillería el III Foro Internacional sobre Migración y Paz, el mandatario también alertó que la delincuencia organizada encuentra en los migrantes una gran fuente de recursos no sólo en los países de origen y tránsito, sino también en los de destino.
“Que no nos vengan a decir que esas rutas de control de tráfico de drogas, personas, armas y dinero se acaben en el río Bravo, porque ahí empieza la verdadera rentabilidad”, aseveró.
Calderón Hinojosa planteó que la presencia de la delincuencia organizada se encuentra en toda la cadena del flujo migratorio, desde los países de origen y tránsito hasta los de destino.
De igual forma, subrayó que las leyes restrictivas hacen más vulnerable a los migrantes no sólo en cuanto a la violación de sus derechos humanos, sino también a la trata de personas.
Sin referirse a ninguna entidad o nación en particular, el Ejecutivo federal cuestionó a quienes promueven leyes y prácticas restrictivas con ánimos xenófobos que obstaculizan la migración.
Esas personas, expuso, “ignoran el hecho de que los migrantes ayudan a generar riqueza y a fomentar el crecimiento económico de los países de destino”.
En ese sentido subrayó que “no se podría entender el crecimiento de la competitividad de la economía de Estados Unidos en el siglo XX sin la participación decidida de la mano de obra mexicana y centroamericana”.
Expuso que la Unión Americana seguirá perdiendo competitividad, mientras no reconozca la aportación de los migrantes y se sigan exacerbando ánimos absurdos e irracionales contra los extranjeros.
El presidente de la República recordó que en tiempos de la Segunda Guerra Mundial, precisamente Estados Unidos hizo la invitación formal a los mexicanos para ir a trabajar allá “mientras sus muchachos luchaban por la libertad de todos nosotros”.
Argumentó que por ello la migración debe entenderse como un fenómeno económico en el mundo global, donde transitan libremente el comercio y la inversión pero no la fuerza de trabajo.
Se trata, explicó, de una lección elemental de economía pues en cualquier libro serio en la materia se explica que la inversión y el factor productivo, es decir el trabajo, deben caminar parejo para que funcione el sistema económico.
“Sin embargo las leyes restrictivas y xenofóbicas han colocado a los migrantes en una posición vulnerable, que los hace víctimas de la delincuencia organizada porque el paso entre los polleros y el crimen organizado es casi mecánico y natural”, insistió.
De ahí que defendiera la estrategia de su gobierno para combatir la delincuencia organizada, que se expresa no sólo en el narcotráfico sino también en la trata de personas y en las extorsiones contra negocios de todos los tamaños en el país.
Respecto a las medidas adoptadas por el gobierno federal para garantizar el transito seguro de migrantes centroamericanos por territorio nacional, explicó que en principio se despenalizó la migración indocumentada.
Además se impulsó una reforma constitucional en materia de derechos humanos y en el Instituto Nacional de Migración (INM) se lleva a cabo una profunda depuración para abatir la corrupción y los malos manejos.
Comentó que durante los últimos meses se dio de baja por lo menos a 200 funcionarios del organismo que no cumplieron con los controles de confianza establecidos, y “no vamos a parar hasta que todos los funcionarios sean confiables y profesionales”
El mandatario subrayó que su gobierno está convencido de continuar con la promoción de legislaciones y políticas públicas que garanticen una migración ordenada, segura y legal, proceso en el que se necesita de la colaboración decidida de la sociedad civil.