La sequía que padece el norte del país responde a un fenómeno constante que ocurre en promedio cada 14 años y se extiende de cuatro a seis semestres, explicó Carlos Escalante, de la Facultad de Ingeniería de la UNAM.

“Se considera esa condición porque ocurre en ese lapso; es un fenómeno cíclico. Lo más probable es que este evento dure entre dos o tres años, de acuerdo con sus promedios estadísticos”, explicó el autor del estudio “Análisis de sequías”.

Expuso que “hay lugares, como la cuenca del Río Bravo, donde la sequía ha durado hasta 10 años”; entonces, depende del sitio, porque las condiciones geográficas son diferentes, y precisó que fenómenos como el actual se presentaron en 1957, 1969 y 1989.

El coordinador del Posgrado en Ingeniería Civil en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) dijo que prácticamente un ciclo de estiaje ocurre cada cuatro años en promedio y dura dos; es decir, a nivel nacional podría hablarse de dos años húmedos y dos secos.

Afirmó que deben considerarse tanto las cifras globales e históricas como las correspondientes a 2011, para evaluar si se trata de la sequía más catastrófica de las últimas siete décadas, todo de acuerdo con un comunicado de la UNAM.

“Si realmente fuera la peor en ese periodo, tendríamos que pensar que sólo llovió el 40 por ciento de lo que tuvo que ocurrir”, planteó.

El especialista señaló a Sinaloa, Chihuahua y Durango como los estados más afectados; asimismo, de este último los municipios El Mezquital e Hidalgo son emblemáticos por los desecamientos.

“El desarrollo industrial está en el norte, pero también se hallan las zonas áridas y donde tenemos la menor cantidad de precipitación acumulada”, afirmó.

El proceso está influenciado por la deforestación, porque si no hay árboles hay menos escurrimientos subterráneos, la infiltración se reduce, y al comprimirse hay menos recarga en los acuíferos”, expuso.