La brutal sequía que afecta el río Usumacinta de Tabasco, considerado el más caudaloso del país, contrasta con la inundación de hace casi seis meses que arrasó el 99 por ciento del municipio de Jonuta.

Las altas temperaturas arriba de los 40 grados a la sombra que padece Tabasco  y la ausencia de lluvias comenzaron hacer estragos en esta comuna; a lo largo de 24 kilómetros que mide el río San Antonio, un brazo del Usumacinta, 15 kilómetros de un tramo, se han convertido en enormes playones, afectando principalmente la actividad pesquera en la zona, pues se están dejando de capturar cerca de nueve mil kilos de especies como la mojarra tilapia, la castarrica y el robalo.

Mientras que la agricultura y la ganadería se han visto severamente impactadas por la sequía,  pues el agua para riego y la potable para consumo doméstico se está viendo gravemente mermada porque el Usumacinta prácticamente se está secando.

En tanto, cerca de 30 mil habitantes de las cabeceras municipales de Emiliano Zapata y Jonuta, se quedaron sin agua potable, debido a la reducción en un 50 por ciento de la producción, como consecuencia del bajo nivel que registra el río Usumacinta, por la temporada de estiaje.

Heberto Jiménez Arias, director de operaciones y mantenimiento de la Comisión Estatal de Agua y Saneamiento de Tabasco (CEAS), reconoció que el descenso de los niveles de los ríos, es un problema de la temporada de estiaje, sin embargo, su principal preocupación es que esta situación pudiera recrudecerse en las próximas semanas, lo que podría provocar la suspensión del servicio.

Las autoridades municipales de Jonuta aseguran que por lo pronto ya se encuentran afectadas un mil 200 hectáreas, pertenecientes a más de 10 comunidades de ese municipio. Mientras que unas 5 mil 700 cabezas de ganado están sufriendo las inclemencias de la gran escasez del vital líquido.

Según los pobladores que viven en las comunidades aledañas al Usumacinta, fue a partir del mes de febrero que éste comenzó a bajar su nivel, a tal grado que en algunas partes es posible pasar caminando los 80 metros de ancho que mide el río, cuando hace unos seis meses éste se encontraba fuera de su cauce y a más de cuatro metros de profundidad.

Las poblaciones afectadas son al menos una decena donde les ha pegado mucho esta situación, pues viven primordialmente de la pesca, entre las que se encuentran Corozal, San Cristóbal, Benito Juárez y Guarda Tierra.

En el caso del municipio de Emiliano Zapata se cuenta con una planta potabilizadora que produce 200 litros por segundo; sin embargo debido al bajo nivel del río Usumacinta, actualmente produce sólo 100 litros por segundo.

El Usumacinta, considerado el más caudaloso del país, ha reducido su nivel a tal grado que las bombas de extracción en lugar de agua están empezando a sacar arena, y eso podría ocasionar que los equipos fallen y se suspenda totalmente el suministro de agua potable.

"Tenemos el equipo de bombeo instalado en donde debe de estar, en la temporada de lluvias el nivel del río está muy arriba y no tenemos problemas, en la temporada de estiaje baja el nivel del agua, muchas veces se le puede ir graduando bajando la columna para que siga teniendo el suministro, pero cuando llega al nivel donde está la arena, se entierra la bomba y ya no succiona", expuso.