El canciller boliviano David Choquehuanca había anunciado "el fin" de la popular bebida, pero la compañía aclaró que opera en ese país desde 1941 y piensa seguir haciéndolo
El canciller David Choquehuanca dijo, a mediados de julio, que el 21 de diciembre, cuando sea el solsticio de verano, sería "el fin del capitalismo y la Coca-Cola" y "el comienzo del mocochinche" (un refresco de durazno).
La desafortunada declaración generó confusión, al punto de que varias agencias noticiosas bolivianas anunciaron que el gobierno de Evo Morales había decidido expulsar a la compañía del país.
Sin embargo, un comunicado emitido por Coca-Cola aclaró que la empresa seguirá operando en territorio boliviano, donde ha tenido "un crecimiento sostenido en los últimos años".
"En Bolivia, Coca-Cola ha formado parte de la comunidad, generando empleos e ingresos para miles de clientes, proveedores y empleados, y ha refrescando a la gente desde 1941. Además, hemos estado apoyando la educación y muchas otras iniciativas con un efecto social positivo. Al igual que la economía boliviana, nuestra empresa ha tenido un crecimiento sostenido en los últimos años y tenemos planes de continuar nuestras inversiones y nuestro crecimiento en los próximos años", explicó la empresa.