Científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) lograron la transformación genética de bacterias con una eficiencia 50 veces mayor a los métodos convencionales, gracias a un novedoso generador de ondas de choque llamadas tándem.
Este método se logró en el Laboratorio de Ondas de Choque, del Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada (CFATA) que tiene la UNAM en su sede en Juriquilla, Querétaro.
El avance del equipo encabezado por Achim Loske que puede ser útil en las industrias farmacéutica y agrícola, para la obtención de fármacos u hormonas como la insulina, o para eliminar el efecto nocivo de las propias bacterias, fue posible gracias al desarrollo de un novedoso generador de esas ondas llamadas tándem.
Los resultados obtenidos hasta ahora y dados a conocer en la revista Ultra-sound in Medicine and Biology, han sido bien recibidos por la comunidad internacional, "como un desarrollo al que se le ve un futuro y una aplicación directa y útil", precisó el universitario.
Loske definió a las ondas o frentes de choque como un pulso de presión; es decir, en rigor se trata de un aumento súbito y reducción de presión sumamente rápida, de nanosegundos o millonésimas de segundo, que puede ocurrir en cualquier medio, aire o agua.
"En medicina, biología molecular, química y física, usamos las que son de relativamente baja energía, es decir, hasta mil veces la presión atmosférica", expuso en un comunicado.
Se trata de un fenómeno difícil de imaginar, pues en cuestión de nanosegundos aumenta la presión desde el llamado valor de equilibrio, hasta 500 o mil atmósferas, y después disminuye en un tiempo de entre tres y 10 microsegundos.
Para generarse requieren de mucha energía, en un tiempo sumamente corto y en un espacio muy reducido. Se producen por diferentes métodos y en medicina se emplean, en esencia, tres sistemas: electrohidráulico, electromagnético y piezoeléctrico; éste último es el que utilizan Loske y sus colaboradores.
En tanto, para modificar la información genética de las bacterias se ha recurrido a métodos tradicionales, como la electroporación, que es un aumento significativo de la conductividad eléctrica y la permeabilidad de la membrana plasmática celular, causado por un campo eléctrico aplicado de forma externa.
No obstante, presenta la desventaja de ser laboriosa y tardada, por lo mismo es costosa además de poco eficiente, abundó el especialista de la máxima casa de estudios del país.
Logramos aumentar la eficiencia 50 veces y, con ello, reducir los costos, como ocurrió con la enterobacteria Escherichia coli (E.coli).
Asimismo, con mucha probabilidad se podrá lograr la transformación de especies, que anteriormente no había sido posible, como Bacillus subtilis, indicó.
Uno o dos grupos en el extranjero ya habían probado la aplicación de ondas de choque para estos fines, pero sin éxito, añadió Achim Loske Mehling, doctor en Ciencias, investigador y fundador del Laboratorio de Ondas de Choque.
El acierto de los universitarios fue desarrollar un generador que produce las tándem, que son "especiales". Aquí, las bacterias se transforman no debido a la onda en sí, sino por el efecto secundario que se produce a su paso, o una vez que ocurrió.