La Organización Internacional del Trabajo (OIT) valoró hoy aquí los avances registrados por México en materia de reducción del trabajo infantil y consideró que la experiencia mexicana en la materia es un ejemplo para la región.
El especialista regional en trabajo infantil y empleo juvenil de la OIT, Guillermo Dema Rey, dijo en entrevista con Notimex que “México es un país que ha tenido en estos últimos años un desarrollo tremendo en términos de combate al trabajo infantil”.
“México en estos momentos está liderando muchas de las respuestas que pueden tener mucho sentido para otros países de la región, con lo cual su experiencia es muy importante para América Latina porque México es un faro y guía para muchos de los países”, apuntó.
“Creo que en México se está dando una situación que es muy digna de elogio. México era uno de los pocos países de América Latina que no tenía ratificado el Convenio 138 de la OIT relativo a la edad mínima de admisión al empleo”, comentó el experto.
Opinó que “ratificar este instrumento de la OIT en México está significando una reforma constitucional, una movilización de todos los Estados que tienen que aprobar esa reforma, y es algo que se está dando”.
Dema Rey, quien participa en la 18 Reunión Regional Americana de la OIT que se efectúa en la capital peruana, destacó “los esfuerzos que han realizado los gobiernos mexicanos y la sociedad civil mexicana en estos últimos años” para erradicar el trabajo infantil.
“Es necesario quitarnos la venda de los ojos en materia de trabajo infantil. En México eso pasaba hace unos años, la sociedad mexicana no quería ver el trabajo infantil”, aseveró el experto de la OIT.
Indicó que “en México se deben seguir buscando consensos, no sólo entre el gobierno federal y cada uno de los estados, sino también consensos a nivel de la sociedad civil. Esto no puede ser sólo una cuestión del Estado, la respuesta debe ser de todos”.
Enfatizó que “la respuesta tiene que ser de toda una sociedad junta, unida y con un mismo compromiso respecto que el trabajo infantil no lleva a ningún sitio”.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) de México, hacia fines de 2011 un total de tres millones 38 mil menores mexicanos, de entre cinco y 17 años, estaban en situación de trabajo infantil.
Esa cifra se redujo el año pasado a dos millones 536 mil 693 menores en el mismo rango de edad.
Según datos del Módulo de Trabajo Infantil 2013, un 23.3 por ciento de la población infantil mexicana ocupada, de entre cinco y 17 años de edad, trabajaba para pagar su escuela y hacerse cargo de sus propios gastos.
Un 22.5 por ciento, en tanto, tenía un empleo porque su hogar necesita de su trabajo, un 22.4 por ciento porque buscaba contribuir con el ingreso de sus hogares o por gusto de hacerlo y un 13.5 por ciento laboraba para aprender un oficio.
Los menores de edad laboran principalmente en el sector agropecuario (30 por ciento), comercio (26 por ciento) y servicios (25 por ciento).
Respecto al estancamiento que se produjo en la región entre 2010 y 2012 en materia de reducción de trabajo infantil, Dema Rey comentó que este fenómeno se produjo porque “las políticas públicas que se estaban poniendo en práctica no estaban llegando”.
“Hay que repensar mucho lo que se está haciendo en la región, las políticas que se vienen desarrollando, para que puedan llegar efectivamente a esos nichos donde todavía persiste el trabajo infantil y la explotación laboral infantil”, puntualizó.
Detalló que “muchas de las políticas que se han puesto en marcha han tenido un sesgo muy urbano y un impacto muy fuerte en términos urbanos, pero no tanto en la realidad rural”.
El experto subrayó que “quizás los países no están siendo lo suficientemente claros en poder explicar a las familias rurales los peligros y las consecuencias que puede tener el trabajo infantil” en materia, por ejemplo, de salud y educación.
Indicó que la firma de la Iniciativa Regional América Latina y el Caribe Libre de Trabajo Infantil es “un paso adelante” y no sólo un mayor compromiso, sino dar una “vuelta de tuerca” a un problema que los países del área han combatido desde hace varios años en forma individual.
Dema Rey afirmó que el documento, suscrito este martes, permitirá que los países de la región “trabajen juntos, aprendan unos de otros, se coordinen e intercambien experiencias y, sobre todo, no dependan tanto de la cooperación internacional”.
Sostuvo que la mayoría de los países del área son considerados de renta media, “por lo que no puntúan para ser beneficiarios de la ayuda al desarrollo”, razón por la cual, además de los presupuestos nacionales, se deben financiar iniciativas a nivel regional.