México ha descendido 14 posiciones en el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC), situándose en el puesto 140 de 180 países evaluados, con una calificación de 26 sobre 100, según el informe más reciente de Transparencia Internacional y Transparencia Mexicana. Este retroceso refleja una disminución de 5 puntos en comparación con el año anterior, cuando el país obtuvo 31 puntos y ocupaba la posición 126.

El IPC es una herramienta que mide la percepción de la corrupción en el sector público a través de las opiniones de especialistas, analistas de riesgo financiero, académicos y empresarios. Una puntuación de 0 indica altos niveles de corrupción, mientras que 100 representa una percepción de ausencia de corrupción.

Este descenso en la clasificación y puntuación de México se atribuye a diversos factores, entre ellos:

  • Reformas en materia de transparencia y anticorrupción: Las modificaciones recientes en estas áreas no han logrado resultados significativos en la lucha contra la corrupción.
  • Impunidad en casos emblemáticos: La falta de sentencias firmes en casos como Odebrecht, la Estafa Maestra, Agronitrogenados de Pemex y las irregularidades en Segalmex han generado dudas sobre la eficacia del sistema judicial mexicano.
  • Reformas al Poder Judicial: Cambios en el sistema judicial han sido percibidos como insuficientes para garantizar la independencia y eficacia en el combate a la corrupción.

A nivel regional, México se encuentra por debajo de países como Uruguay (73 puntos), Chile (66) y Costa Rica (55), que son los únicos en América Latina que superan la barrera de los 50 puntos. En contraste, naciones como El Salvador, Bolivia y Perú presentan puntuaciones similares o inferiores a las de México.

A nivel global, Dinamarca lidera el índice con 90 puntos, seguida de Finlandia y Nueva Zelanda con 87 y 85 puntos respectivamente. En el extremo opuesto, Somalia ocupa el último lugar con 11 puntos, mientras que Venezuela, Siria y Sudán del Sur registran 13 puntos cada uno.