En los últimos seis años en Puebla 80 por ciento de los asesinatos quedan impunes, revelaron estadísticas de la Procuraduría General de Justicia (PGJ), pero la cifra aumentó en la actual administración gubernamental hasta 90 por ciento de impunidad.

El promedio de detenciones de presuntos homicidas ha caído en los últimos seis meses de un 20 a un 10 por ciento en relación con el número de asesinatos cometidos en todo el estado de Puebla.

Lo anterior según información de la PGJ proporcionada a Intolerancia Diario por medio de la Ley de Acceso a la Información, que revela que las investigaciones en los homicidios pocas veces llegan a dar frutos con las aprehensiones de presuntos culpables. Desde que inicio el gobierno de Rafael Moreno Valle se han registrado 241 homicidios dolosos, pero solo 28 detenciones, lo que significa que en promedio solo se ha resuelto en este tiempo uno de cada diez asesinatos en Puebla. Lo anterior significa, según las estadísticas oficiales de la PGJ que desde enero de 2005 a julio de 2011 se han registrado exactamente 2 mil 700 asesinatos, pero solo se han aprehendido a 435 personas en ese mismo tiempo, como presuntos culpables de homicidio doloso, es decir, alrededor de 20 por ciento resuelto.

Según los datos en Puebla, cada mes mueren en promedio 35 personas por homicidio doloso, pero solo detienen a cinco presuntos homicidas en ese mismo tiempo. Cabe destacar que las detenciones que informan las autoridades no precisamente son de los homicidios registrados en el mismo tiempo, ya que en gran parte son de casos rezagados por varios meses, incluso años.

Según el Índice de Inseguridad Ciudadana y Violencia elaborado por la organización México Evalúa, en Puebla se cometen 7.3 homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes lo que coloca a la entidad a nivel nacional en el número 20 de las 32 entidades federativas.

Sin resolver
Según las estadísticas, en la ciudad de Puebla se cometen 3 de cada 10 homicidios registrados en todo el estado, pero uno de cada cuatro supuestos asesinos es arrestado en la capital poblana. Así lo refieren los 677 homicidios registrados desde enero de 2005 a julio de 2011 por las 167 detenciones realizadas, lo que implica que en promedio de cada seis homicidios hay uno solo aprehendido.

En 2005 se registraron en la capital del estado 95 asesinatos; en 2006 la cifra aumentó a 127; para 2007 fueron 102 las personas muertas de este modo; en 2008 se cometieron 92 homicidios dolosos y para 2009 otras 97 personas perdieron la vida por homicidio. En 2010 el número de asesinatos subió a 101 y en los primeros seis meses del 2011 se han cometido en la ciudad de Puebla 63 homicidios dolosos, 54 cometidos desde que inició el trabajo del actual procurador Víctor Carrancá Bourget.

En todo el estado, durante 2005 se cometieron 341 homicidios; para 2006 la cifra de muertos aumentó a 427; en 2007 la cifra bajó solo un poco, al registrarse 402 asesinatos, mientras que en 2008 hubo 429 asesinatos. En 2009 fueron 414 los muertos violentamente a manos de otra persona; para 2010, 412 asesinatos se registraron y finalmente en 2011 son 275 los homicidios dolosos.

Después de Puebla capital, la agencia ministerial que más ha registrado crímenes de esta índole es Tehuacán, con 232 asesinatos en seis años, seguido de Izúcar de Matamoros con 171 crímenes y muy de cerca localidades como Huauchinango y Atlixco, donde se denuncian en promedio 30 homicidios cada año. Mientras tanto el número de detenciones es muy bajo, según consta en las mismas estadísticas de la PGJ en poder de Intolerancia Diario, ya que en ese mismo lapso en Puebla fueron aprehendidos 167 personas acusadas de homicidio y otras 268 en el resto de los municipios que conforman el estado.

El Centro de Análisis de Políticas Públicas México Evalúa señaló que en los estados con pocos homicidios, las autoridades pueden emplearse a fondo en su investigación, esclarecimiento y persecución. Por ejemplo en Yucatán, con 30 homicidios dolosos en 2007, alcanzó al año siguiente 23 sentencias condenatorias; en el otro periodo analizado, dicho estado presentó 19 condenas respecto de 22 homicidios intencionales.

En tanto, Puebla presenta uno de los peores indicadores en el porcentaje de órdenes de aprehensión cumplidas, donde sólo se ejecuta 45 por ciento de las órdenes judiciales de aprehensión, según datos del mismo organismo. En Puebla, el Ministerio Público sólo desahoga 13 por ciento de investigaciones derivadas de las denuncias de competencia local. El indicador de efectividad de gestión de denuncias es encabezado por Chihuahua donde el porcentaje de efectividad es de 42 por ciento.

Pobres resultados
Lo anterior demuestra que es muy difícil que se resuelva un asesinato si no es en los primeros días de haberse cometido, ya que —según las mismas fuentes policíacas— no se da seguimiento a un crimen. Incluso señalan que solo llegan a aprehender a un homicida si regresa a su casa o la de algún familiar, pero solo si es denunciado por algún conocido de su víctima, quienes dan aviso a las autoridades, por lo que no hay investigación real.

Víctor Rubén Reyes Tapia, exdirector general de Servicios Periciales de la PGJ, en su momento reconoció que por lo menos 20 por ciento de las escenas del crimen son contaminadas por agentes de la policía y ministerios públicos, lo que hace mucho más difícil un trabajo de investigación científico.

Impunidad al por mayor
El 31 de julio de este año, Thalía Martínez Ramírez, estudiante de la UAP, fue sepultada luego de ser asesinada violentamente. A más de un mes del homicidio no hay un solo detenido del crimen que conmovió a la sociedad poblana.

La PGJ tuvo que realizar pruebas periciales y de ADN para confirmar que el cadáver hallado en el kilómetro 12 de la vía Atlixcáyotl correspondía a la joven.

Por su parte, el director de la Policía Ministerial del estado, Juan Luis Galán Ruiz, se reservó informar sobre las líneas de investigación que hay al respecto, aunque uno de los móviles es un asunto pasional, nada se ha comprobado. Incluso hubo dos sospechosos de este crimen, el novio y un amigo de Tlaxcala, quienes rindieron su declaración, pero aunque no se descarta que puedan ser llamados nuevamente, no se les ha comprobado nada y siguen en libertad.

El último novio de Thalía, Diego Alonso, es hijo de una empleada de la PGJ, concretamente de Margarita Alonso Huerta, comandante de la Primera Comandancia de la Policía Ministerial.

Galán Ruiz aseveró que las investigaciones del caso las lleva un área distinta a la de Delitos Sexuales y Violencia Intrafamiliar, donde se estableció primero la denuncia, por lo que la comandante fue separada de las indagatorias para que éstas se realicen “apegadas a derecho”.

En tanto, el diputado Filiberto Guevara González, secretario de la Comisión de Seguridad Pública en el Congreso estatal, exigió al procurador Víctor Manuel Carrancá Bourguet agilizar las investigaciones para esclarecer los hechos. El legislador lamentó lo sucedido a esta joven quien estudiaba en la UAP y que desde el 14 de julio su familia la reportó como desaparecida, aunque días después fue hallada sin vida en un predio a orillas de la vía Atlixcáyotl.

“Esperamos que este crimen, que conmovió a la población en general y en especial a la comunidad estudiantil, no quede impune y se localice al o a los responsables”, dijo.

En 2009 ocurrieron otros asesinatos cruentos que indignaron a la sociedad poblana ocurrieron. El primero de ellos quedó radicado bajo la averiguación previa 158/2009/Serdán.

El 20 de febrero de ese año en la cueva llamada Tres Cruces situada en el cerro de Guadalupe, perteneciente a Ciudad Serdán se realizó el levantamiento de cadáver de una pequeña de apenas 13 años de edad y en el mismo lugar, el cuerpo de su novio de 21 años de edad fue hallado un día antes.

La jovencita respondió al nombre de Angélica Vázquez de Jesús, estudiante de secundaria, quien falleció a consecuencia de asfixia mecánica por estrangulamiento; su cuerpo fue encontrado semi sepultado en el lugar. Sus familiares la reportaron como desaparecida desde el 13 de febrero, fecha en la que salió de su domicilio en compañía de su novio, Gerardo Alfredo Rocha Jiménez.

El cuerpo de este joven fue encontrado atado al tronco de un árbol de ocote, junto al mismo cerro, con las manos amarradas con un trozo de tela (al parecer de una sudadera), y en el cuello un cinturón ajustado.

El 13 de abril de ese mismo año se registró un triple asesinato, según consta en la averiguación previa AP498/2009/Izúcar de Matamoros. En esta región de la Mixteca fueron asesinados Manuel Magnu Barrera Payan, campesino de 25 años de edad; Cecilia Vidal Martínez, estudiante de bachillerato de 18 años de edad y Guadalupe Sandoval Rodríguez, dedicada a las labores del hogar, de 19 años de edad. Los jóvenes fueron acribillados en el libramiento de Atencingo, sobre la carretera hacia Temaxcalapa, luego de acudir a un jaripeo. Se supo que desde una camioneta les dispararon; se presume que se trató de una venganza por motivos personales. Todos esos crímenes siguen impunes o al menos no se ha informado aprehensión alguna.