El Plan Estatal de Desarrollo del gobierno de Rafael Moreno Valle Rosas fue reprobado por el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), debido a las múltiples carencias como falta de prioridades y plazos de cumplimiento.

La calificación otorgada a la estrategia de gobierno para los próximos cinco años y medio fue de apenas 4.33 puntos en una escala de 10, sobre todo por la ausencia de un diagnóstico de recursos disponibles para su ejecución.

Cabe destacar que fueron más de 40 especialistas los convocados por el CEEY, quienes otorgaron la calificación global, ya que tampoco se definen las áreas de ejecución, ni se especifica quiénes serán los responsables de la ejecución.

A grandes rasgos, los 40 especialistas coincidieron en que el Plan Estatal de Desarrollo está desarticulado, aunque puede subsanar carencias. Incluso en el análisis se encontró que existen programas sectoriales que no son tales, sino una suma de programas institucionales.

Enrique Cárdenas Sánchez, director ejecutivo del proyecto, señaló que tras los resultados existe preocupación, ya que el estudio reveló una desarticulación entre sus partes, “no hay un enfoque regional en lo que corresponde a muchas actividades que debe realizar el estado”.

Sin embargo, el también exrector de la Universidad de las Américas (UDLA) reconoció que “el diagnóstico está razonablemente bien en lo general, pero no se conecta necesariamente con las estrategias para resolver los problemas”.

Cabe destacar que la calificación que obtuvo Rafael Moreno Valle Rosas con este plan oficial es menor al obtenido en campaña de 6.89 por ciento, a pesar de que el organismo utilizó metodología semejante y un grupo de evaluadores similar.

“Sugerimos mejor conexión entre plazos y metas aunque sabemos que muchas no solo dependen del gobierno del estado”, afirmó Enrique Cárdenas al referir que en campaña se elaboró el documento “al calor” de la contienda electoral.

En el apartado de Economía y Desarrollo Sustentable, la calificación fue 4.07; Estado de Derecho, Reforma Política, Buen Gobierno y Administración Pública 5.78, mientras que Seguridad Publica 3.75, lo que dio el promedio de 4.33 puntos de calificación.

Uno de los especialistas, Juan Pablo Arroyo, afirmó que hay ausencia de acciones en pro de las universidades y el funcionamiento de la calidad, descoordinación entre el gobierno federal, estados y municipios, así como centralización de los programas en la capital del estado.

José Roldan indicó que Puebla enfrenta graves problemas en derechos humanos y no hay buena articulación con la comisión estatal, además de fallar en el servicio civil de carrera de los cuerpos policiales.

Otros pendientes: Reformas al sistema electoral, certeza jurídica, equilibrios sobre evaluaciones de desarrollo económico del estado, mejor transparencia y rendición de cuentas.

Los olvidados
Los evaluadores revisaron la congruencia de la estrategia de gobierno con las propuestas de campaña y los programas sectoriales e institucionales que el gobierno estatal facilitó para su análisis.

Una falla señalada con recurrencia por los evaluadores fue la carencia de una concepción regional de la entidad, así como de un diagnóstico de la diversidad que defina objetivos, metas y estrategias para los problemas de las regiones. “Pareciera ser que el estado es la zona metropolitana”, dicen los especialistas.

Los analistas señalan en su observación que al carecer de programas regionales, se propicia un trabajo institucional individual sin sinergia entre las instituciones que inciden en una misma región.

Añaden en el estudio que en estos elementos, el Plan Estatal se ve limitado para ser el documento rector que conduzca a lo que se supone debe ser del nuevo gobierno en sus tres respectivos niveles.

Se subraya que se detectó que en muchas líneas de acción no ofrecen una metodología precisa para definir metas por cada eje y sus objetivos.

“Al no tener referentes medibles, es difícil enmarcar los compromisos y los plazos para cumplir los objetivos”, resaltan los especialistas.

El análisis del plan se basó en cuatro ejes centrales: Economía y Desarrollo Sustentable; Desarrollo Social, Salud, Educación y Pobreza; Estado de Derecho, Reforma Política, Buen Gobierno y Administración Pública, así como Seguridad Pública.

De acuerdo a los especialistas, presenta inconsistencias en el qué, cómo y cuándo llevar a cabo las acciones gubernamentales, lo que quiere decir que no prioriza acciones, carece de plazos para el cumplimiento de algunas metas y tampoco define qué área será la responsable para ejecutar el trabajo gubernamental.

El CEEY reflexiona sobre la ausencia de un diagnóstico de los recursos disponibles para la ejecución de cada una de las categorías o apartados del plan.

Toda la problemática —señalan los analistas— puede incidir en que los resultados del Plan no se alcancen como se tiene previsto; asimismo, hicieron recomendaciones al plan en cada uno de los rubros, los cuales serán evaluados en los próximos años, de manera sistemática para conocer el desempeño del quehacer gubernamental que ahí se establece.

El grupo de evaluadores coincide en que las carencias detectadas podrían ser subsanadas si se toman en cuenta las recomendaciones y se definen acciones concretas para superar las deficiencias que en esta primera revisión fueron encontradas.

Enrique Cárdenas aseveró que el plan muestra desarticulación en sus áreas, a pesar de que son favorables los diagnósticos gubernamentales respecto a problemas y soluciones del estado.

El exrector de la UDLA señaló que el Plan Estatal de Desarrollo carece de programas sectoriales, objetivos definidos, responsables de las mediciones y otros aspectos que permitan garantizar su éxito.