El Tribunal Supremo de Brasil ha comenzado este jueves a juzgar a las 38 personalidades de la política, la banca y el mundo empresarial acusadas por un escándalo de corrupción que en 2005 hizo tambalearse al entonces presidente Luiz Inácio Lula da Silva y descabezó al gobernante Partido de los Trabajadores (PT). 

Los procesados formaban parte, en palabras del Procurador General de la República, Roberto Gurgel, del “más atrevido y escandaloso esquema de corrupción y de desvío de dinero público de la historia de Brasil”. 

Gurgel remitió al Supremo 44.265 páginas repletas de lo que considera como “pruebas documentales” para solicitar la apertura del juicio. El interés despertado es máximo, tanto que las audiencias serán retransmitidas por televisión.

Lo que se juzga es el escándalo político-financiero bautizado como mensalão (mensualidad). El caso fue destapado por el exdiputado Roberto Jefferson, otro de los acusados y actual presidente del Partido Laborista Brasileño (PTB), quien en junio de 2005 hizo público que el PT le había pagado cuatro millones de reales (1,6 millones de euros) por el apoyo de esa formación al Gobierno de Lula.