La Secretaría del Transporte (ST) ignoró y desechó una propuesta alemana para el proyecto del metrobús, más barata, más ecológica y con grandes ventajas para los concesionarios, lo que inclusive generó un conflicto con el gobierno de Baviera en el país europeo.

Se ignora por qué la dependencia del gobierno de Puebla cerró a toda costa las puertas a los alemanes interesados para invertir en el estado con el proyecto morenovallista, con quienes ya tenían los primeros acercamientos, según revelaron fuentes periodísticas.

Con esto, Puebla se quedó sin un proyecto más completo para el metrobús, luego de que alemanes no sólo ofrecían su construcción, sino un esquema que incluía la mejora de todo el transporte en la zona metropolitana, instalación de empresas y capacitación a poblanos.

Pero las autoridades del gobierno de Baviera en Alemania —quienes cooperarían en la capacitación— se quedaron esperando la visita de sus similares poblanas, para recomendar y explicar el proyecto que ya se realiza en esa zona de Alemania.

Todo a pesar de que el proyecto alemán era por lo menos 500 millones de pesos más barato —según estimaciones— tan sólo en una ruta, por lo que ante el bloqueo ni siquiera pudieron concursar en la licitación.

Documentos en poder de Intolerancia Diario, revelan cómo sistemáticamente fue ignorado el proyecto que daba grandes beneficios a la ciudad, el que finalmente fue retirado a la empresa Logit y entregado a la empresa Adhoc, con sus respectivas deficiencias. Y es que los trabajos del metrobús han sido severamente cuestionados por especialistas, ya que generará conflictos viales, además de que no contará con estaciones de alimentación como debería ser en un verdadero proyecto ecológico.

El proyecto
La empresa VAG Nuernberg era la interesada en usar a Puebla como punta de lanza para una serie de mejoras en el transporte público en diversas ciudades de Latinoamérica, con construcciones de primer mundo.

Los europeos propusieron al gobierno de Puebla, proveer las soluciones alemanas de transporte más avanzadas, mediante la metodología mobility for all para un sistema de autobuses urbanos completamente nuevo, administrado por un centro logístico.

Inclusive propusieron hacer un estudio integral de todo el transporte público de Puebla, el cual tendría renovaciones en torno a las cuatro rutas del Metrobús, lo que aseguraron, podría acabar con el problema de movilización actual.

Los europeos se interesaron en Puebla gracias a la similitud en demografía (2.5 millones de habitantes) con la ciudad de Núremberg en Alemania, donde ya cuentan con este sistema de transporte público de unidades articuladas.

Inclusive se propuso que otra empresa compraría las unidades del transporte público que se retirarían de la circulación, para evitar problemas con los concesionarios, además de la instalación de una fábrica de reciclaje de todo el material utilizado, como las llantas de las unidades o su aceite por ejemplo.

Se propuso crear áreas verdes en las superficies de transporte e introducir unidades movidas por diesel obtenido de llantas o hidrógeno.

Asimismo introducir un centro logístico para el control de las unidades vía GPS, y de este modo desahogar el tráfico en las vialidades de la ciudad, con bahías de paradas sin afectar el paisaje urbano.

Asimismo se proponían los paraderos alimentadores en las orillas de las rutas, con pizarras electrónicas de horario de llegadas, hasta donde llegarían las unidades de transporte público foráneas con los pasajeros que entraran a la ciudad, lo que evitaría su entrada.
Se contaría con información en las paradas sobre horarios y en las zonas con más demanda, con pizarras electrónicas con tecnología GPS para determinar la llegada del autobús, y todo más barato.

Además la implementación de unidades ecológicas movidas por combustible obtenido de llantas recicladas o por hidrógeno, ambos proyectos financiados con recursos la Unión Europea para propósitos ecológicos.

Otra de las propuestas era de la facilitar la movilidad de las personas con capacidades diferenciadas y personas mayores con los paraderos a nivel de suelo y no a una altura como se están construyendo actualmente, lo que generaría abaratamiento de la obra.

Además de la profesionalización de los choferes de los autobuses urbanos con apoyo de universidades, contemplada en este caso la Universidad Popular Autónoma de Puebla (UPAEP).

Así como un convenio entre la Universidad Tecnológica de Múnich y la UPAEP para la creación de la carrera de Ingeniería en Transporte,
Se proponía el diseño de las especificaciones de los vehículos y de la flota, así como mejoras de la infraestructura como carriles, semáforos, paradas y terminales.

Con esto —aseguraban en su proyecto— habría un aumento en la calidad de vida de los habitantes ya que, al conseguir un servicio eficaz y eficiente con el sistema habría un descongestionamiento considerable en el número de vehículos a transitar por la ciudad.

Con lo mismo habría una reducción en el índice de accidentes automovilísticos y en los niveles de contaminación, se señaló en una introducción del proyecto, todo a grandes rasgos.

Sin embargo, con el actual proyecto ya no habrá estas estaciones alimentadoras, sino simplemente darán vuelta en “U” en un paradero normal para el retorno a la ruta.



Sin embargo, a pesar del acercamiento de los alemanes al subsecretario del Transporte, Víctor Mata Temoltzin, inició una especie de bloqueo sistemático, al grado de dejar plantadas a autoridades del país europeo hasta en dos ocasiones.

Inclusive la empresa invitó a los funcionarios poblanos a Núremberg —con gastos pagados—, para que se percataran de la realidad del transporte público en aquella zona del mundo, lo que se podría aterrizar en Puebla.

En los itinerarios se contemplaban reuniones con autoridades de Baviera, interesados en colaborar con ciudades latinoamericanas en transporte, sobre todo para mejorar la ecología en el mundo.

La empresa alemana consiguió que las autoridades del gobierno de Baviera y universidades alemanas como la de Universidad Técnica de Múnich cooperaran con el de Puebla para darles recomendaciones en materia de transporte público.

Los alemanes pagarían el transporte de las autoridades poblanas, por lo que se hicieron citas en el mes de enero de este año, las que fueron pospuestas en varias ocasiones, dejando plantada a la ministra de Economía Infraestructura y Transporte del estado de Baviera, Katia Hessel. 

El bloqueo inició desde que la empresa alemana solicitó información de la situación del transporte en Puebla, para hacer un proyecto más detallado con su respectiva solución.

Pero las autoridades de la ST, simplemente dieron cifras —verbalmente— de las unidades que circulan diariamente en Puebla, así como un pequeño mapa donde contemplaban las cuatro rutas del metrobús, lo que no servía de nada a los europeos.

Las metas del “mini estudio”, que costaría en entre 20 y 30 mil euros más IVA más viáticos de los especialistas alemanes, señalarían las debilidades de la propuesta presentada (de la empresa Logit), revisión de los conceptos existentes y las posibilidades de mejora en el corto plazo.

Así como una configuración de la red y de los itinerarios del transporte público a mediano y largo plazo (planteamiento de soluciones) y 
planteamiento de soluciones a mediano y largo plazo para la administración, ordenamiento y sistema de tarifas.

A pesar de la propuesta realizar el estudio y darle su solución, jamás recibieron respuesta favorable de Víctor Mata.
Según las fuentes, esta situación generó que la misma Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) hiciera un extrañamiento al gobierno de Puebla, por el comportamiento de las autoridades poblanas, quienes dejaban esperando a los alemanes sin siquiera avisar que no asistirían a las citas.

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