La Comisión de los Derechos Humanos del Estado de Puebla (CDHEP) comenzó investigaciones sobre las quejas de vecinos contra el metrobús, en tanto, en Tlaxcalancingo, detuvieron la obra de manera indefinida.

En esta comunidad ubicada en el municipio de San Andrés Cholula, los campesinos pararon las obras, ya que aseguran se ha invadido un terreno donde anualmente se realizan ritos milenarios para pedir la fertilidad del campo y la Feria del Nopal.

Por lo tanto los pobladores de la comunidad náhuatl de San Bernardino Tlaxcalancingo detuvieron la construcción del metrobús en el cruce de la carretera estatal a Atlixco y la iglesia católica de la localidad.

Señalan que el gobierno de Rafael Moreno Valle Rosas se ha negado constantemente a entregar a sus habitantes el proyecto ejecutivo y los posibles beneficios que la obra traerá a la comunidad indígena.

Miriam Vargas, integrante del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua, informó decidieron parar las obras en una asamblea pública, ya que no se llegó a ningún acuerdo con los representantes de la Secretaría de Transportes.

Indicó que hubo cerrazón de parte de Enrique Fernández Petlalco, quien está a cargo de de la obra en esa zona de la ciudad, y Marco Ramírez Herrero, el asesor del gobierno morenovallista.

Dijo que negaron en todo momento al pueblo de Tlaxcalancingo la entrega del proyecto ejecutivo de la vialidad o ruta del metrobús. Además, ni les detallaron el supuesto el beneficio que traerá a la comunidad, “si es que lo existe”, dijo.

Apenas el pasado jueves, los mismos habitantes frenaron las obras de la primera línea del metrobús al señalar que provoca daños en el área en que realizan rituales y porque provocará la desaparición de una ruta de transporte que los lleva de forma directa a la Central de Abasto.

La manifestación fue frente a la presidencia auxiliar donde condenaron los trabajos que se realizan desde el kilómetro 5.8 al 6.8 de la carretera federal Puebla-Atlixco, área que consideran “el corazón de Tlaxcalancingo” y que constituye uno de los principales lugares para celebrar las tradiciones del lugar.

En la mesa negociadora que no tuvo más resultado que remitir a los habitantes a las oficinas de la ST, pues ninguno de los presentes tenía la capacidad de dar respuesta a la demanda del pueblo e incluso reconocieron desconocer el Proyecto Ejecutivo de la magna obra.

 Teódulo Alejandro Cuaya Teutle, miembro del comité del pueblo, afirmó que detendrán a todas costa los trabajos del proyecto, hasta que las demandas no sean atendidas y resueltos los problemas que se derivarán.

Afirmaron los campesinos que con las obras destruirán uno de los principales lugares donde se llevan a cabo ritos ancestrales, con más de 100 años de tradición.

Abren expediente
La oficina de la CEDHP informó que fueron enviados abogados a las zonas en conflicto con vecinos por la construcción de la arteria vial donde circulará el metrobús, luego de que atrajo el caso por oficio.

El personal del organismo acudiría a los dos puntos, en la unidad habitacional Manuel Rivera Anaya y Tlaxcalancingo, para asesorar y en su caso iniciar la queja de parte de los afectados por las obras.

 El dictamen entregado a vecinos de la colonia Manuel Rivera, lo realizó la empresa privada SIPSA, que trabaja para la constructora Cemex encargada del proyecto del metrobús.

En el mismo determinó que el puente del metrobús, no es peligroso ni su construcción ha causado afectaciones a 15 edificios de la zona.

El documento en poder de Intolerancia Diario, señala en grandes rasgos que las afectaciones como grietas y separación de los edificios, no fue causado por la edificación del puente, a escasos centímetros de las bardas de las viviendas.

El documento es firmado por el mismo encargado de la obra, de la empresa Serrano Ingenieros de Puebla (SIPSA) y señala que las afectaciones son producto del desgaste tras varios años de los edificios, aunque este fin de semana, la empresa constructora apuntaló los muros de las zotehuelas.

“Creen que nos chupamos el dedo, nos entregan un dictamen donde dicen que ellos no hicieron nada, esa empresa es pagada por Cemex, ellos fueron los encargados de la revisión, ni siquiera utilizaron aparatos para medir”, señaló una de las vecinas que pidió anonimato.

“O sea que los constructores se convirtieron en juez y parte, ellos mismos deciden que no nos han hecho daño, mientras que Protección Civil, sólo es un títere en este juego de engaños”, señaló.

Mientras tanto, este fin de semana reiniciaron actividades los trabajos para la construcción del puente, mediante un convenio, donde la empresa se comprometió a edificar un muro de contención para las viviendas y evitar así cualquier accidente, además de que no se realizarán trabajos en la madrugada.

“Prometieron que el 15 de diciembre acabarían la obra, ahora lo que esperamos es un seguro por daños menores y mayores que nos cubra cualquier percance por varios años, ya que ellos se van tan tranquilos y nosotros seguiremos viviendo aquí”, señaló.

La visita
No es la primera vez que personal de Protección Civil acude a la zona, en una primera ocasión les señalaron tajantemente a los vecinos: “Acostúmbrense a vivir en el peligro”.

Las familias ahora no sólo viven junto a la vía del tren, sino un día despertaron con la sorpresa que tenían de vecinos a los albañiles que construyen el puente de la Red Urbana de Transporte Articulado (RUTA).

El puente está apenas a escasos centímetros de los edificios, separados sólo por las pequeñas bardas de las zotehuelas, lo que ha causado la inconformidad y hasta miedo a los vecinos.

Nadie les aviso, poco a poco fueron viendo como avanzaba la obra, y es que jamás pensaron que llegaría tan cerca de sus casas, pero cuando se dieron cuenta, inició un peregrinar en diversas dependencias: el resultado, groserías, malos tratos y hasta burlas.

El puente no sólo está pegado a los edificios de más de 25 años de antigüedad y pasará encima de las vías del ferrocarril, sino inclusive está construida a un costado de la rivera del río Negro, lugar que aseguran, se desgaja e inunda constantemente.

Además los vecinos temen que abajo del puente se convierta en una guarida de delincuentes, ya que de por si la zona es conocida por su alto vandalismo y pandillerismo, pero ni siquiera un foco pondrán los constructores.

En abril hubo un primer aviso: una fuga de gas producido por la maquinaria que construía los primeros metros. Ahora el temor no es por la construcción, sino por lo que está por venir: la circulación de las unidades que podría afectar más las casas.

 “Ha habido violaciones, robos y asaltos en pleno día hasta han matado gente, ahora imagínese con todo esto, necesitamos suficiente alumbrado como el que pusieron en la zona del Cerro de Loreto”, indicaron molestos ante la mirada constante de los albañiles y jefes de obra.

Asimismo señalaron que las obras les han afectado la infraestructura de los edificios, ya que aunado al paso del tren, las vibraciones de los trabajos arquitectónicos han producido grietas.

—¿Nunca les informaron nada?

—Jamás, jamás, como que fueron muy sigilosos, empezaron a trabajar sobre todo en la noche y de repente amanecíamos y ya estaban avanzados —dijo Martha Lozada.

“En realidad considero que se echan la bolita unos a otros no están dando la respuestas claras y precisas, nuestra vida es valiosa y nuestro patrimonio. No es justo es una arbitrariedad, ahora hasta taparon el paso del agua (en el río), que estúpido proyectista”, insistió en la plática Martha Lozada.

Desde que era niña se salía el agua se su cauce en esta zona, es un cauce natural, el agua va a buscar su salida. “Queremos respuestas, ya que ya hicieron su ‘despapaye’, por lo menos queremos respuesta.

”Es una falta de respeto a nuestra vida, ya no digamos al patrimonio, no dejaron espacio, cómo es posible que se pegaron a las bardas, en unas creo que hasta se asentaron.

”Mi casa ya está cuarteada del piso, las paredes también, no ven grave esto, pues claro, cómo no es su casa. A ver que me diga don Rafael Moreno Valle si él vendría a vivir acá así.

”Ellos vienen se retratan aquí, hicieron esto, hicieron el otro, pero no ven su desmadre que hicieron.

”No están muy pegados, están pegados, nosotros vamos a amanecer ahí no sé con quién. Tal vez no amanezcamos un día es lo peor.

”Las vibraciones con el tren y ahora el metrobús van a ir dañando y deteriorando las casas, algún desastre natural no van a soportar los edificios, ellos van a decir ‘fue natural’, y no nos van a apoyar con ningún seguro para las vivienda, las vibraciones provocan que se hagan más débiles a los temblores. Que nos den un seguro que nos respalden.”

También se han afectado escuelas como la primaria Luis Donaldo Colosio, la que inclusive le tiraron su barda y el plantel U15 del Colegio de Bachilleres, señalaron.

“Los niños corren peligro, les pedimos que se responsabilicen con nosotros con un seguro de vida o daños totales o parciales o si les estorbamos que nos reubiquen, pero aquí mismo, no hasta San Juan de no sé dónde.

”Vino protección civil, ellos nos dijeron acostúmbrense a vivir en el peligro, así textualmente. No se vale, si su trabajo es evaluar los riesgos. No nos dieron sus nombres fueron dos personas que vinieron a darnos atole con el dedo.”