La consejera panista Leonor Popócatl, quien desde la parte trasera del salón escuchaba los discursos dejó su asiento.

Caminó hacia el pódium con paso firme.

Las críticas vertidas por el presidente saliente, Juan Carlos Mondragón Quintana, habían surtido efecto; el dirigente defenestrado dijo que había pasado durante su dirigencia por un “oscuro período” aludiendo a su confrontación frontal con el gobernador. Mientras escuchó a Mondragón, Rafael Moreno Valle trató de evadir su molestia. Se llevó los dedos a los labios, cruzó las manos.

En el presídium el ambiente era tenso, el gobernador seguía las palabras de Popócatl:

“Rafael sí conoce al Partido Acción Nacional.

”Rafa sí es un símbolo”, afirmó ufana la consejera Popócatl y “abre puentes de diálogo”.

“Rafa sí fue un crítico del marinismo.”

Y cuando la lista de elogios parecía interminable ante los consejeros, Popócatl, como en sus tiempos de diputada de oposición, rubricó su enunciación: “Rafael…”, la oradora forzó una pausa.

“Micalco”, agregó sardónica la consejera blanquiazul.

Popócatl pidió a los consejeros su voto a favor del candidato único a la dirigencia estatal, Rafael Micalco.
En un ambiente de reproches y entre críticas, los consejeros panistas eligieron al nuevo dirigente del PAN, el diputado federal Rafael Micalco Méndez, en una sesión extraordinaria celebrada en el hotel Holiday Inn a la altura de Finsa.

Los saludos entre Rafael Moreno Valle y su opositor, Juan Carlos Mondragón fueron fríos. Y por momentos ambos políticos se ignoraron a pesar de que compartían el presídium.

Nula mención al gobernador panista Moreno Valle, en los discursos de Juan Carlos Espina, Juan Carlos Mondragón y Leonor Popócatl. Salvo la invitación del nuevo dirigente, Rafael Micalco, al gobernador para que les dirigiera unas palabras a los panistas. De otro modo el silencio ente panistas hubiera sido visible.

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Juan Carlos Mondragón Quintana se despidió de los panistas añorando a los gobiernos de Vicente Fox Quesada y de Felipe Calderón Hinojosa:

“Esta dirigencia también tuvo que enfrentar la adversidad. 2012 será un año que se quedará grabado en el corazón de muchos panistas con ilusión a Los Pinos y que sufrimos con la derrota de Josefina Vázquez Mota.”

Pero hasta en la derrota Mondragón Quintana halló consuelo. El saliente dirigente blanquiazul resaltó que en términos relativos al PAN en Puebla, en la elección federal de este año, le fue bien a diferencia de otros estados de la República: “Logramos llevar al Congreso de la Unión 5 diputados federales y un senador”.

Y cuando parecía que cerraría con broche de oro, Mondragón Quintana abordó su enfrentamiento con el gobernador Rafael Moreno Valle, saldando sus diferendos con un relato moral autobiográfico:

“Luego de estos dos procesos vendría una profunda crisis al interior de nuestro partido. Crisis que en lo personal ha sido de las más duras pruebas que he vivido. Las crisis constituyen esos difíciles momentos en que los valores de uno se ponen a prueba. Se trata de esos momentos de dificultad donde sólo hay dos alternativas: ser congruente con lo más profundo del alma, con aquello que uno piensa o representa o claudicar; con nobleza o con vileza; con magnanimidad o cortedad; con tránsito o no retorno, ésas son las dos caras de una crisis. Una crisis no resuelta se traduce en una grieta irreparable. En la pérdida de identidad. En un yugo que el ser humano carga de manera permanente; en caso contrario, cuando uno sale airoso de una crisis, cuando uno opta por el camino correcto a pesar de su costo, el ser humano encuentra tal fortaleza, tal libertad, tal entereza que le permite avanzar con más fuerza y salir adelante. Y afortunadamente la crisis que nuestra institución sufrió fue resuelta exitosamente. La crisis valió la pena, fue fundamental para que no se nos olvide por qué luchamos, este momento de conflicto nos ha dado la oportunidad de abrir los canales de comunicación que se habían cerrado.

”Permitió conciliar las diferencias y construir las coincidencias. Gracias al respaldo de la dirigencia nacional y a la cordura de las partes hoy caminamos hacia una relación de reconocimiento mutuo, de respeto y de vinculación democrática entre el PAN y su gobierno. Muestra de ellos es la elección de una nueva dirigencia en condiciones de unidad.”

Juan Carlos Mondragón Quintana se despidió como dirigente estatal del blanquiazul: “Me voy entendiendo que el PAN requiere de generosidad y humildad de todos. Me voy satisfecho por haber vivido en carne propia los momentos gloriosos y aciagos que caracterizaron estos tres años.

”Me voy con el honor más grande a que puede aspirar un panista. Con el honor de haber servido a mi patria. Junto con el equipo que me acompañó, esta dirigencia deja un PAN fuerte y unido. Ya no somos aquel partido pequeño de oposición. Hoy somos un partido que tiene la responsabilidad de gobernar a la mayoría de los poblanos. Somos el partido mejor posicionado y con mayor intención de voto previo al proceso electoral. Somos el partido local que estamos llamados a construir un nuevo modelo de panismo a nivel nacional, el panismo del siglo XXI”.

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El consejero panista Juan Carlos Espina von Roehrich tomó la palabra para despedir al “jefe” Mondragón, título de reconocimiento blanquiazul a sus dirigentes:

“Creo que más allá de coincidencias, este consejo como conciencia de la institución tiene la obligación de hacer un reconocimiento y un agradecimiento al jefe estatal que hoy concluye, por eso muy sentidamente a nombre de los integrantes del comité estatal y a nombre de la gran mayoría de los consejeros, quiero manifestarle a Juan Carlos Mondragón por su generosidad, por su entrega, por su disposición a trabajar. De llamarle a nuestro presidente jefe. Muchas ocasiones es el reconocimiento a una calidad de disposición y de entrega por el partido, jefe Mondragón.”

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En su discurso, el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle le pidió a los panistas ubicarse que su partido es un “partido en el gobierno”.

El gobernador también hizo un recuento sobre por qué perdió Josefina Vázquez Mota la Presidencia de la República y criticó que haya querido ser una candidata “diferente” a lo que representaba el gobierno federal, cuando había obtenido logros en materia de salud, infraestructura y programas sociales.

La reflexión de Moreno Valle se dirigió a animar a los panistas a hacer suyo el trabajo de gobierno tanto del ejecutivo estatal como del alcalde de Puebla, Eduardo Rivera Pérez.

“No me asustan los desacuerdos. Exigen una autoridad abierta al diálogo, no existe un PAN de izquierda o de derecha”, planteó Rafael Micalco.

El representante del CEN panista, Carlos Alberto Pérez, animó a los panistas a conservar la unidad: “Cuando AN se ha dividido hemos recibido las peores derrotas. Puebla debe ser bastión y base para recuperar la Presidencia de la República”.

Nadie le aplaudió al orador blanquiazul por su optimismo desfondado.

Ni siquiera al entonar el himno panista pidiendo una “patria generosa” se cerró la brecha del enfrentamiento morenovallistas-panistas históricos.