Y hasta un carterista, Apollo Robins, dio tips en la Ciudad de las Ideas.

Mientras que Alberto Brian Fernández Alducin, alumno egresado de la prepa de la UAP Enrique Cabrera, sacó de sus casillas al presidente del consorcio TV Azteca, Ricardo Salinas Pliego.

El joven de 19 años, quien desarrolló tecnología para invidentes cuando era preparatoriano, evidenció la falta de compromiso social de los empresarios mexicanos.

Fernández Alducin, creador de un guante robótico para que las personas invidentes puedan detectar y tomar objetos, evidenció la falta de apoyo de los empresarios a los proyectos sociales.

“El gobierno que nos dijo que sí, pero qué pasa con nuestros empresarios, dónde está la visión social que muchos presumen…”

El rostro de Salinas Pliego se transformó. Su gestualidad cambió, ante el señalamiento del joven estudiante del IPN.

Al joven egresado de la preparatoria Enrique Cabrera, formado en el taller de robótica de su escuela, no le hicieron fiesta los presentadores. Pasó en medio de ellos, a diferencia de los otros ponentes jóvenes con quienes el presentador, luego de la ponencia de los jóvenes, conversaba animadamente con ellos al aire.

En el segundo día de actividades de la Ciudad de las Ideas el auditorio lució con una asistencia mejor que la del primer día.

“Yo les diría específicamente es que se metan a lo que más les gusta, si hay talleres que vayan, no pierdan las oportunidades, la universidad, la Autónoma de Puebla, cada una de las instituciones tiene algo que aportar, si no existe lo que ellos piden, que ellos tomen iniciativas. El taller del que yo provengo fue idea e iniciativa de dos personas.

”Considero que hay Ubuntu, no estoy diciendo que Apple sea mala, de otro sistema operativo libre, un software que te cuesta 50 mil pesos para un estudiante de prepa no lo veo factible”.

Fernández Alducin señaló que fue gracias a que conoció la robótica en su preparatoria que él se interesó por crear proyectos de tecnología. Además, al conocer a personas invidentes y al ser muy desesperado porque sus amigos invidentes no realizaban actividades de manera rápida, desarrolló un diseño de un guante que le permite identificar objetos a través de vibraciones táctiles.

El estudiante del Politécnico afirmó que en el 2010, cuando inició su proyecto no había ninguno como el que planteaba, por lo que obtuvo la patente a través de la UAP. En la actualidad hay varios prototipos parecidos al de Fernández Alducin, pero señaló que él es pionero en esa tecnología.

Sin aspavientos ni presunciones, el estudiante del Politécnico señaló que su invento ocupa dispositivos de tipo sonar que identifican la cercanía de los objetos y que pueden funcionar para objetos tan pequeños como un alfiler.

Además, el estudiante creó una empresa para colocar su producto y está trabajando también en proyectos de agricultura sustentable.
En el segundo día de la Ciudad de las Ideas los jóvenes menores de 18 años acapararon la atención de los ideastas.

A diferencia del primer día, la participación de los ideastas fue más intensa.

Otro de los participantes, Jack Andraka, defendió la ciencia libre y cuestionó los controles que se tiene sobre documentos científicos haciéndolos costosos e inalcanzables.

El joven Andraka, sin pretensiones ni un discurso emocional señaló que la ciencia debería ser un derecho humano fundamental: “la ciencia debe ser agnóstica y para todos”.

El ponente que inventó un papel que detecta el cáncer de páncreas, originario de Maryland, señaló que su prueba desafió la creencia de los investigadores y postuló una innovación, a pesar de que más de 199 universidades en los Estados Unidos rechazaron su propuesta.

Andraka centró sus críticas en el control de la ciencia y el costo que se paga por leer artículos científicos. El estudiante afirmó que se establecen impedimentos o barreras para la gente que quiere acercarse a la ciencia convirtiéndola en algo exclusivo para la gente que puede pagar. Crítico que también resonó en el auditorio del Complejo Cultural Universitario de la UAP.

El estudiante censuró que apenas un 10 por ciento de los artículos científicos estén disponibles en la web, y señaló que en su investigación recurrió a diversas tretas para burlar las restricciones.

“Una gente en Pakistán debe tener acceso a los mismos artículos científicos”, pidió el joven investigador para quien la selectividad y el costo de los artículos es una manera de discriminar a quienes aspiran a la ciencia.

Palabras que resultaron en una sonora ovación para el estudiante.