Luego de ser encarado por enfermeras despedidas del Hospital del Niño Poblano (HNP), el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Raúl Plascencia, pidió que enviaran su queja por escrito al organismo y que atenderían la situación laboral.

Alrededor de 20 extrabajadoras del nosocomio le externaron al ombudsman los agravios de los que señalan ser víctimas por parte del gobierno estatal, luego de que fue desaparecido el Sindicato de Trabajadores del HNP, ante su extinción como organismo descentralizado.

Abordado a las afueras del ayuntamiento, donde Raúl Plasencia acudió a entrega de reconocimientos, las enfermeras le mencionaron las reformas que envió la administración panista al Congreso local, que ocasionaron más de 200 despidos.

“Señor, desde que me despidieron como enfermera en el Hospital para el Niño Poblano no tengo para comer”, le explicó entre sollozos una extrabajadora con su uniforme de la dependencia.

Las trabajadoras fueron acosadas minutos antes por personal de seguridad, tanto del ayuntamiento como del gobierno estatal, para impedir que se acercaran al defensor de los derechos humanos a nivel nacional.

Hace unas semanas, Jovita Guzmán Zavaleta, enfermera integrante del SUTHNP, entre gritos de desesperación y portando aún su uniforme de la institución, dejó a un lado la muleta que utiliza por sufrir una lesión, para advertir al mandatario estatal que no tenían miedo.

“Nos avisan que la seguridad social ya no es válida, es una arbitrariedad e injusticia (…) no merecemos que se nos niegue una incapacidad, que sea reconocidos el contrato colectivo de trabajo que fue ganado con sangre, y si es necesario, igualmente nos vamos a desangrar, si el gobernador quiere ver sangre, sangre va a tener”, advirtió.

La también secretaria de crédito y vivienda del sindicato indicó que llevaba trabajando 21 años en el HNP, por lo que exige su restitución a la institución, pues —dijo— ha entregado su vida.

En tanto, María Teresa Ortega Flores, enfermera pediatra, sin poder contener las lágrimas, señaló que fue despedida después de 21 años, 11 meses y tres días de labor.

“Si mi trabajo fuera malo, no hubiera tenido esta antigüedad, ni velando un puesto de un mando medio”, señaló al comentar que el mismo mandatario estatal señaló en entrevista que no habría despedidos, sino reacomodos, pero todo fue mentira.

“Esos son los acomodos que hace el señor gobernador, ¿esas son las mentiras que quiere hacer abajo del agua y que salgan a la luz?”, dijo al señalar que finalmente también están siendo afectados los pacientes.

“Ni les importó que los pacientes se quedaran solos, que no hubiera quien atendiera a esos pacientes, mientras a nosotros nos despedían”, señaló.

Recordó que el hospital es un hospital escuela o de investigación, ya que llegan a hacer prácticas de pediatría, fundamentos de enfermería y cirugías.

“Tengo 21 años trabajando, imagínense cuántas generaciones han pasado por mis manos, no porque sea muy buena, sino porque hay que aprender juntos y los médicos estudiantes han aprendido con nosotros”, dijo.

“Sin tener o cobrar el puesto de maestras para ello, nosotros hemos enseñado, para que sean atendidos los niños, si nos están despidiendo porque somos malos, cuántas generaciones vienen atrás de nosotros mal.

”Si el señor gobernador quiere que nos maten, que mande las pistolas con balas, porque aquí estamos, vamos a seguir luchando y si para él es más fácil matarnos, aquí estamos, no le tenemos miedo”, concluyó.