El discurso a favor de la sociedad civil enviado por el gobernador Rafael Moreno Valle es solamente un intento de “querer curarse en salud”, aseguró el investigador Paulino Arellanes Jiménez.
Paulino Arellanes subrayó que lo único que logró Moreno Valle con lo pronunciado en la víspera es colocarse en los niveles de cinismo político, porque se trató de un discurso totalmente hueco que no responde a su actuar hacia los poblanos.
Lo que los poblanos escucharon en la inauguración del XII Encuentro Iberoamericano de la Sociedad Civil fue un discurso totalmente “hueco”, porque el mandatario poblano es el primero que no se abre al diálogo y menos respeta a la sociedad organizada, “no respeta a la sociedad civil”.
El tipo de mensaje enviado por el gobernador no le beneficia y hace que caiga en el cinismo gubernamental, porque todos saben que no concuerda sus dichos con los hechos, porque las acciones que emprende en los últimos meses y durante los casi cuatro años de gobierno demuestran que no tiene compromiso con los poblanos.
En el mandatario poblano, dijo el académico, se evidencia un mensaje contradictorio, porque ni espera una sociedad civil participativa ni ciudadanos pensantes: “Vemos que evidentemente el gobernador no tiene una propuesta de gobierno, basada en los ciudadanos”.
Sociedad civil sigue enojada con Moreno Valle
En entrevista, el académico de la UAP dijo que la sociedad civil poblana sigue enojada con el gobernador del estado, por eso reiteró que Moreno Valle sólo quiere curarse en salud a través de un discurso que no tiene nada de contenido ni es congruente respecto a la realidad que vive la sociedad.
En la actualidad, la sociedad tiene más elementos para estar inconforme y descontenta con su gobierno actual, por lo que la situación social se empieza a descomponer. No hay una atención adecuada a los verdaderos reclamos que se presentan en los municipios y, al contrario, la autoridad actúa con desprecio por lo social y busca acaparar todos los espacios públicos y darlos a la iniciativa privada.
La creciente descomposición social existente puede llevar al Estado a extremos que los habitantes se confronten con su autoridad, porque prevalece un repudio brutal: “Es un rechazo brutal, fuerte y abierto de la sociedad, en relación con el gobierno que tenemos”.
Y aunque el mandatario poblano está en el límite de cumplir con las recomendaciones emitidas por la Comisión Nacional de Derechos Humanos, dijo Arellanes Jiménez, todavía puede recomponer su gobierno, pero tiene que empezar por reconocer los errores cometidos y resarcir el daño ocasionado en contra de muchos poblanos.