Apenas en el cuarto día de actividades, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) clausuró las instalaciones del único verificentro que está funcionando en Puebla, por no contar con costos de su servicio.

De este modo, funcionarios de la dependencia federal llegaron, la tarde de este martes, a colocar los sellos de suspensión en el inmueble ubicado en la 25 Oriente 1812, impidiendo que continuaran sus actividades y que decenas de automovilistas en fila se quedaran esperando.

La dependencia confirmó esta acción, aunque omitió los detalles respecto a los motivos de sanción, ya que destacó que el proceso “está en curso”.

La irregularidad detectada tiene que ver con la falta de precios “a la vista del consumidor”, situación por la que se presume que, en cuanto sea resuelta, permitirá al verificentro reiniciar operaciones de manera normal.

El verificentro opera en horario de 8 a 20 horas de lunes a domingo, para atender hasta 480 automóviles por semana.

Del costo del holograma uno, para unidades con antigüedad de entre nueve y 15 años, el pago asciende a 250 pesos.

El de doble cero, que se entrega a automóviles con antigüedad de entre cero y dos años, es de 650 pesos; y el holograma cero, para vehículos con una antigüedad de entre dos y ocho años, es de 450 pesos.

Desde el sábado pasado iniciaron actividades con el aparato descompuesto y con citas escritas en pedazos de papel a mano, mal cortado de un rollo de máquina registradora. Esto generó largos tiempos de espera de hasta tres horas, todo ayudado por una máquina con deficiencias, en un verificentro a medio terminar, notorio por dos líneas vacías sin maquinaria.

Simplemente no se ha dado abasto el único verificentro ubicado en la ciudad de Puebla, en el primer día del regreso de las verificaciones para comprobar que automóviles particulares no estén contaminando.

Ha sido tal la afluencia de automovilistas, que los empleados del establecimiento —algunos con uniforme, otros sin acreditarse— tuvieron que improvisar fichas para ser entregadas a los automovilistas, para que regresaran al siguiente día.

Las fichas fueron hechas con un rollo de papel, en el cual simplemente un joven apuntaba el número de placa y ponía la hora en que se podría regresar a la verificación, todo a mano y sin sellos de la, con la promesa de que ya no harían fila.

Por lo tanto, los automovilistas primero tienen que hacer un a fila con el automóvil a verificar, para que solamente les entreguen el papelito y regresen después. No se entregan fichas a automóviles que no se lleven.

“El trámite fue muy tardado, en verdad llegamos como 9 y media y nos dijeron que ya no había fichas”, comentó una mujer que conducía una camioneta, la que no pasó la verificación.

—¿Hay fichas?

—Exactamente, nadie avisó, se suponía que era como fuéramos llegando, pero no, ya no había fichas, entonces sí le comenté al joven que en ningún lado habían dicho que era por fichas y que ya estábamos aquí, y lo más correcto era que pasáramos.

“Nos hicieron hacer la cola y todo, nada más están manejando tres máquinas, de las cuales una está descompuesta, porque todos los que han pasado por ahí los han regresado”, señaló molesta al pedir anonimato.

“Llegue desde 9:30, vea qué horas son, y me falta verificar un coche”, dijo al señalar el reloj, que marcaba más de las 13 horas de este sábado.

“La gente es amable, pero de qué me sirve si no pasan los coches, no estuvo bien estructurado esto”, continuó.

“Los políticos traen automóviles de lujo, grandes camionetas 2015. ¿Usted cree que no me gustaría traer una 2015 para que pasé? ero no es justo, a los ciudadanos nos están atornille y atornille”, comentó otra persona que esperaba junto con la mujer.

“Mi primera unidad no pasó, nos dijeron que teníamos 30 días, pero pasó el de atrás un 2011 y también no aprobó, entonces se dieron cuenta que la máquina está mal y pedimos que por favor lo volvieran a revisar.

”Nos dijeron que viniéramos la siguiente semana y pasábamos sin fila, pero les dijimos que ya estábamos acá, porque no es nuestra culpa”, añadió al señalar que en la otra máquina sí aprobó, mientras seguían rechazando a los que se dejaban.

“No es justo, aunque parece poco nos subieron de 215 a 250 pesos, pero esto nos afecta, ya nos subieron el agua, la luz, la gasolina. ¿Por qué los políticos no se bajan su nivel de vida, como teléfonos celulares, vacaciones, bonos, cuotas, escoltas, y nos dejan en verdad a los que en verdad trabajamos honradamente salir adelante?”, señaló.

La censura
Incluso un funcionario de la Secretaría de Desarrollo Rural, Sustentabilidad y Ordenamiento Territorial (SDRSOT) trató de impedir a Intolerancia Diario que videograbara los trabajos al interior del único verificentro en la ciudad de Puebla.

Sin uniforme y sin identificarse, se acercó al reportero en los momentos en que grababa en vídeo la forma de operar de las máquinas, para impedirlo mediante amenazas que hizo antes de saber que era prensa, como se comprueba en el video que se puede ver en la página de Intolerancia Diario.

—No puede estar grabando.

—¿Por qué?

—Porque adentro del establecimiento no lo permite, si es tan amable de apagarlo.

—¿Por qué?

—Porque no puedes adentro del establecimiento

—¿Pero por qué?

—Si no te retiro tu carro y lo sacamos.

—Si está bien, no lo dudo ni un tantito, pero son reglas que tenemos.
—¿En dónde lo dice?

—No te dice ahorita en una gaceta, pero adentro no puedes estar haciéndolo, por favor, ¿sí?

—No está ni uniformado, señor —se le indicó.

Al solicitarle su nombre, simplemente contestó que como prensa se averiguara, al darse vuelta para acercarse a otros empleados a encender unos cigarros dentro del establecimiento.