La designación de María Gabriela Sierra Palacios en la CAIP se entiende como el resultado de un proceso viciado y excluyente que genera opacidad en ese organismo “supuestamente ciudadano”, aseguró la analista política de la UPAEP, Claudia Ramón Pérez.

Señaló, que el proceso de designación de la nueva comisionada perdió total credibilidad desde el momento en que los diputados excluyeron de la observación del proceso de designación, a las asociaciones que conocen del tema.

Por eso, dijo que haber excluido a las universidades y a las agrupaciones sociales con experiencia en los temas de la transparencia y la rendición de cuentas marca un mal precedente, porque esos grupos pudieron haber contribuido a darle mayor legitimidad al proceso.

Desde su perspectiva, lo que urge en los procesos democráticos en que debe estar inmersa la entidad poblana es la inclusión, y la decisión de los legisladores no abona a esa mayor claridad y mayor transparencia.

Cerrar la participación ciudadana, agregó Ramón Pérez, genera suspicacias que no son lo mejor para ese tipo de procesos donde lo que se busca es precisamente la total transparencia.

Pero dijo que, al margen de otorgarle un voto de confianza a Sierra Palacios, su nombramiento parece producto de un proceso viciado. Así que desde, la perspectiva de la investigadora universitaria, ser mujer no le da garantía de total transparencia, porque lo ideal sería que el proceso mismo abone desde su origen a la transparencia misma, sobre todo en un organismo dedicado al tema de la información pública.

Lo lamentable, aseguró la catedrática de la UPAEP, es que de origen la autoridad les pega a los organismos ciudadanos y les quita la oportunidad de jugar un papel importante en el ámbito de lo público.

Pero además, reveló, se marginan a actores claves, porque tampoco se trata de abrir al máximo grado esos procesos para que se inserten quienes desconozcan, pero se tiene que considerar a aquellos actores que han contribuido y que no quede la menor duda de que se busca lo mejor desde el ámbito ciudadano.

La perspectiva de Claudia Ramón Pérez es que los organismos ciudadanos deben jugar un papel fundamental en la vida pública actual, pero también se reclama que el papel desde la ciudadanía incorpore a los ciudadanos en las tareas que buscan hacer realidad al proceso democrático.

Esas acciones relacionadas con la democracia, recordó, no están solamente en los procesos electorales, sino es mucho más amplio, y los organismos ciudadanos pueden contribuir en transparentar y hasta en legitimar con su actuación al propio gobierno.

Dijo que se debe dar un voto de confianza a la nueva integrante de la CAIP, que en su actuación todavía está ante la oportunidad de legitimar su designación. Ojalá que lo haga, aseguró, porque eso se requiere con urgencia, porque estamos viviendo un proceso de desgaste en diversos flancos que no han abonado al proceso democrático.

La percepción de la ciudadanía hoy en día es negativa, y actores como estos son los que pueden contribuir a recuperar la confianza en las instituciones y servir de contrapesos a procesos opacos, que se deben ir desterrando.

La recomendación es que cada vez más se tome en cuenta a los actores de la sociedad, que no se cierren los espacios y que los procesos no deje posibilidad a duda ni suspicacias y que la sociedad no pierda la confianza en sus representantes.