Rafael Moreno Valle se alió con el avezado político, Diódoro Carrasco Altamirano, a quien designó como representante de Puebla en el Distrito Federal.
La designación del exgobernador de Oaxaca y exsecretario de Gobernación posee una clara connotación política.
En especial porque Carrasco Altamirano se forjó durante los gobiernos de Ernesto Zedillo y de Carlos Salinas de Gortari lazos con los grupos y sectores del poder. Ya en la alternancia blanquiazul Carrasco se blindó por su cercanía política con Felipe Calderón Hinojosa.
Muy joven, a los 38 años, Carrasco fue senador de la República, en el relevo de cuadros priistas. Su pedigree tricolor, su padre gobernó Oaxaca, y su relación con la élite del PRI lo impulsó en los tiempos en que Carlos Salinas y Luis Donaldo Colosio buscaban renovar a su desprestigiado partido político luego de la polémica votación de 1988 cuando el Frente Democrático Nacional (FDN) le disputó la presidencia de la república al PRI, en una elección con acusaciones de fraude electoral.
A diferencia de los demás operadores políticos de Rafael Moreno Valle, tanto en el PAN como en los partidos satélite, que se ubican en la medianía política, Carrasco Altamirano posee un cuidado lenguaje político, una experiencia de enorme valía a nivel nacional y ha transitado en el poder político los últimos 25 años.

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Este lunes, en las instalaciones del Centro Integral de Servicios, el gobernador Moreno Valle le tomó la protesta a quien fuera secretario de Gobernación durante la administración presidencial de Ernesto Zedillo.
Moreno Valle le encomendó fortalecer el vínculo con las dependencias federales y el Poder Legislativo a fin de concretar proyectos prioritarios para el desarrollo de la entidad.
Entre ellos, señaló, se encuentra la construcción de una ciudad modelo en San José Chiapa, el desarrollo de la zona industrial que abarca Nopalucan y Lara Grajales, así como el Museo Internacional Barroco y otras tareas en materia de seguridad.
“Me parece crucial que tengamos un enlace con capacidad, con nivel, con prestigio, con relaciones que pueda ir reorientando los esfuerzos de las diferentes dependencias del estado y vincularlos con las dependencias del gobierno de la República, así como la vinculación con las Cámaras de Senadores y Diputados”, mencionó el mandatario.
Por su parte, Carrasco Altamirano agradeció al mandatario poblano la oportunidad de sumarse a un gobierno “profesional y eficaz que trabaja para prevenir la inseguridad y erradicar la violencia, para igualar oportunidades de desarrollo impulsando la inversión generadora de empleo y una vigorosa política social.”
Aseguró que la honestidad, la transparencia y el respeto a la riqueza plural de Puebla, serán los ejes que guíen su desempeño como representante del gobierno poblano en el Distrito Federal.

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Carrasco Altamirano, exgobernador de Oaxaca y con la profesora Elba Esther Gordillo impulsaron en la elección local del 2004 al convergente, Gabino Cué Monteagudo a la gubernatura de Oaxaca, postulado por una coalición opositora por lo que los priistas oaxaqueños impulsaron la expulsión de Carrasco. Pero al final ganó el priista, Ulises Ruiz, hombre del entonces fuerte madracismo priista.
Previamente, Gordillo y el entonces gobernador de Oaxaca, José Murat habían desatado una pugna al interior del sindicato por el control de la influyente sección 22 del SNTE.
Para el 2005, el exsecretario de Gobernación del tecnócrata Ernesto Zedillo, se alió con el panista doctrinario Felipe Calderón Hinojosa. En retribución, el panista Calderón, candidato a l presidencia de la república, lo hizo candidato del PAN por la vía plurinominal. En un principio, Carrasco no se afilia al PAN.

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Inquieto políticamente, de nueva cuenta Carrasco Altamirano impulsó las aspiraciones de Gabino Cué a través de otra coalición opositora en el 2010; cuando se presentan dos elecciones con coaliciones antipriistas en Puebla (PAN, PRD, Panal, Convergencia) que postula a Rafael Moreno Valle y en Oaxaca la coalición multipartidista que respalda a Gabino Cué.
Y para el 2012, ahora con el respaldo de la candidata presidencial del PAN Josefina Vázquez Mota, Carrasco Altamirano, quien en los noventas había sido senador por el PRI, intentó llegar al Senado de la República por las siglas del PAN.
Sin embargo, el efecto “López Obrador” en Oaxaca impacta al PAN. A pesar de ello, Carrasco alcanzó 330 mil votos.
Colaborador asiduo de periódicos nacionales, analista político y consultor, Carrasco Altamirano conservó un bajo perfil hasta que Moreno Valle lo presentó ayer como el “representante” de Puebla en el Distrito Federal.
El cargo ha carecido en gobiernos pasados de importancia pero el peso político del expriista y neopanista le da un giro a la búsqueda morenovallista de la candidatura presidencial por el PAN.

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Carrasco inició su carrera en el PRI. Hijo del exgobernador Diódoro Carrasco Palacios, el hoy funcionario del gobierno de Puebla estudió en el ITAM. En el sexenio de Ernesto Zedillo, Carrasco fue secretario de gobernación en 1999-2000 siendo el artífice de la transición con el panista pragmático, Vicente Fox Quesada y su equipo.
Previamente se desempeñó como gobernador del estado de Oaxaca en el período 1992-1998, cuando fueron presidentes de la república, Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo. En 1991-1992 fue senador de la república por el estado de Oaxaca.
Dichos cargos lo obtuvo como militante del PRI.
Carrasco apoyó las aspiraciones del panista, Felipe Calderón Hinojosa a la presidencia de la república. Fue diputado federal plurinominal por el estado de Oaxaca por el PAN en el período 2006-2009 durante el primer trienio del gobierno del panista Calderón Hinojosa.
Además, en el 2012 fue candidato al senado por el PAN.