La llamada ley Bala es una licencia para matar, a favor de las autoridades estatales, por eso, las consecuencias que tuvo en contra de las comunidades indígenas, desde la muerte del menor de edad José Luis Tlehuatle Tamayo hasta el encarcelamiento de tres presidentes auxiliares, aseguró el analista político Paulino Arellanes Jiménez.
Comentó que la ley para proteger los derechos humanos y regular el uso legítimo de la fuerza pública, la cual incluye la posibilidad de usar armas de fuego como último recurso —aprobada el 19 de mayo de 2014— “es literalmente una licencia para matar, porque además, no hay argumentos para rebatir sus consecuencias”.
El investigador universitario lamentó que el mandatario poblano y el Congreso del Estado no cumplan con el compromiso de derogar esa ley, la cual genera tanta división entre la sociedad poblana y su gobierno.
Arellanes Jiménez dijo que la llamada ley Bala se convirtio en un estigma para el mandatario poblano, “son estigmas que se dan por parte de los gobernantes, porque esto es semejante a la burla que se hace a la sociedad poblana”.
Tan arraigado está el concepto entre los poblanos, dijo el académico, que en la actualidad, todos los poblanos conocen a Rafael Moreno Valle como “el góber Bala”, porque permitió que se usaran balas de goma contra una manifestación que “supuestamente” pone en peligro la paz pública.
Contrario a eso, reveló el investigador de la facultad de Derecho de la UAP, lo que hace el Congreso del Estado y la autoridad poblana, es que están cuidando la paz del gobierno y no la paz pública, “el estigma del góber Bala, queda en la historia reciente y la sociedad poblana no se lo merece”.
Aseguró, que los adjetivos deben ser de orgullo y de verdaderos valores y no por una falla gubernamental como la aprobada en mayo del año pasado, “deben ser actos que enderecen con acciones positivas y generosas, pero no lo que estamos viviendo en Puebla, que es absoluta represión”.


“Moreno Valle se cree el dueño de Puebla”

Por sus acciones y sus decisiones en contra de los pueblos indígenas y comunidades auxiliares, dijo el analista político, la sociedad poblana se da cuenta que el gobernador piensa que es el dueño del estado.
Pero además, dijo que trata de concebir su mandato como algo patrimonial cuando realmente no quiere aceptar que el mandato que actualmente posee es de la sociedad poblana, tanto de los que votaron por él como aquellos que no votaron por él, porque finalmente es producto de un consenso que se presenta en las votaciones en que fue electo.
De tal suerte, afirmó, que Moreno Valle tiene una mala interpretación de lo que significa su mandato y su gobierno, porque lo ve en términos patrimoniales, “y cuando hablamos del término patrimonial hablamos de algo que ya debe estar superado en México y en Puebla, pero no es así”.
Dijo que los gobernantes no deben concebir su mandato y la fuerza que tienen dentro de la gubernatura como algo de propiedad privada, sino que es algo público, por eso no respetar la voluntad de un municipio y de un pueblo que se manifiesta contra algo que no quiere, como el registro civil, se traduce en una mala interpretación por parte del gobernador.
Lo anterior, concluyó, orilla al mandatario poblano, al autoritarismo, que nada abona en su carrera política hacia otros niveles que busca, por lo tanto, es tiempo que se ponga a pensar que el siglo XXI es de participación ciudadana y donde se deben abrir los canales de respeto hacia la voluntad popular.