Sobre el debate para avalar el mando único en el Estado de Puebla y particularmente en los municipios que tienen conflictos sociales, como Ajalpan, el director del Instituto de Ciencias Jurídicas, German Molina Carrillo, dijo que esa medida no es recomendable y la sociedad no está en condiciones de eso, “el mando único es sólo un intento de retomar el control de la policía en todos los municipios”.
De ninguna manera, dijo, el mando único se puede convertir en un mecanismo de control para las autoridades estatales poblanas, porque de hacerlo así, se convierte en un intento de control, que hoy en día, los grupos sociales ya no están dispuestos a avalar.
Agregó que si los diferentes sectores de gobierno y de la sociedad, avalan el mando único, este no debe convertirse en un instrumento para acallar las voces disidentes y críticas, “por eso tiene sus inconvenientes y no se puede aprobar de manera unilateral”.
Dijo que antes de aprobar esa medida, se tienen que llevar al debate, porque si los diferentes sectores sociales deciden que es una opción, se tiene que aprobar por consenso entre los municipios, los alcaldes, los cabildos y desde el Congreso del Estado de Puebla se tiene que abrir al debate.
Reveló, en la entidad poblana tendremos elecciones para el año 2016 y el mando único puede servir para frenar otras expresiones sociales que no estén de acuerdo en términos ideológicos y políticos con el gobierno poblano.
De tal forma, que en ese contexto, la autoridad estatal deja la impresión que el mando único se puede convertir en un instrumento para forzar una decisión electoral, que en realidad, debe de ser resuelta democráticamente.
Pero además, Molina Carrillo, dijo que se tiene que revisar la situación política, social y económica de cada municipio, pero también se tiene que analizar sus demanda, porque el problema es que la autoridad estatal no escucha a las comunidades, “por ejemplo, al día de hoy, en Ajalpan hay muchas versiones de los hechos”.
El director del ICI, aseguró que el camino correcto para el gobierno del Estado, es abrir los espacios para que todos los sectores colaboren, pero de ninguna manera tiene que responsabilizar a una sola entidad de gobierno, de las necesidades de la actualidad.
Por eso, reiteró que la determinación de aprobar el mando único de seguridad, tiene que ser una decisión consensada, con la participación de todos los grupos de decisión que pueden opinar al respecto, “porque resulta muy peligroso que sea un mecanismo de control bajo pretexto de la seguridad”.
Germán Molina Carrillo, dijo que una vez que se meta al debate el tema del mando único, se debe garantizar que no será una medida tomada y avalada de manera frontal, “no debe aplicarse en todos los municipios en todo el Estado, porque se corre el riesgo de pasar del tema de seguridad al tema político”.
En Ajalpan lo que falló fue la coordinación de mandos policiacos
En el municipio de Ajalpan, no solamente fallaron las fuerzas de la policía municipal, sino lo que falló fue la coordinación de los mandos policiacos estatal y municipal, revelo el director del Instituto de Ciencias Jurídicas, Germán Molina Carrillo.
Por eso, reveló que la autoridad poblana, tomó una determinación radical al retirar el control de la seguridad al presidente municipal, porque para ellos parecía una acción efectiva, sin embargo, al día de hoy Ajalpan permanece sitiado, lo que representa una situación excepcional.
Dijo que queda claro, que existen responsables de las agresiones y de los dos asesinatos, empero, lo que corresponde es aplicar la ley, pero no toda la población puede vivir en ese estado, porque de ser así, se corre el riesgo que la situación se vuelva a repetir.
Aquí lo que falló, dijo el funcionario académico, fue la coordinación de los cuerpos policiacos, sobre todo porque no hubo una intervención oportuna para disuadir esos actos de linchamientos.
Dijo que en la actualidad, en el Estado de Puebla, cuando se trata de disuadir una marcha o una manifestación de protesta, los policías son efectivos, pero cuando se trata de intervenir en casos más complicados como el de Ajalpan, se les hace tarde o de plano no llegan.
Lamentó que al interior de los cuerpos policiacos, se evidencia la falta de comunicación y prevalece una actitud de minimizar los hechos, cuando estamos hablando de vidas humanas, “vimos que no hubo la adecuada coordinación ni los protocolos de actuación necesarios”.