Los grupos de la ultraderecha poblana preparan una iniciativa para que no se llame matrimonio a la unión entre personas del mismo sexo, el término que emplearán será el de “Isomonio”, que al parecer inventó el diputado Pablo Rodríguez Regordosa, quien propone que en caso de que haya procreación, los hijos sean “naturales”.

A dos días de que grupos religiosos, así como de la ultraderecha que no se manifestaban de forma masiva desde del 14 de febrero de 1988, realicen una marcha en defensa de la familia, el diputado del Partido Acción Nacional, Pablo Rodríguez, en entrevista, propuso el término “Isomonio” para uniones entre personas del mismo sexo.

El legislador reconoció que participará con su familia en la movilización del próximo sábado promovida por el Frente Nacional de la Familia, la UPAEP, integrantes de El Yunque, así como grupos cristianos.

“Ahí estaré con mi familia, y estaré porque creo que el matrimonio debe preservarse con la figura de un hombre y una mujer, y esto no quiere decir que esté en contra de que se reconozcan las uniones entre personas del mismo sexo.

“Tengo una propuesta que se ha ventilado y que la he publicado, en el sentido de que se legisle para crear una figura nueva que tenga un nombre distinto, incluso propongo el nombre de la unión porque no existe en el castellano ningún término y es el ‘Isomonio’”.

Explicó que el término que maneja es una palabra que deriva del vocablo griego “iso” en referencia a la igualdad de los sexos, y “monio” referente a la eudamonia, que quiere decir felicidad.

Rodríguez Regordosa expuso que así como en los contratos mercantiles las palabras venta y permuta, son operaciones de traslación de un bien, se puede usar esto para las uniones.

Indicó que en lo referente a los derechos, hay que revisar muy bien por la parte de las obligaciones , pues en el matrimonio, al ser entre personas de diferente sexo, tienen una natural inclinación a la reproducción, pues esta solo se da entre la unión de un hombre con una mujer.

El también dirigente del Comité Municipal de Acción Nacional en la capital señaló que en el caso de la unión de una mujer–mujer u hombre–hombre, la reproducción tiene una imposibilidad biológica.

En su propuesta se contempla que cuando se trata de la unión de dos mujeres, la reproducción no queda extinta, por lo cual podrían tener los gametos masculinos y darse la reproducción, por lo tanto se podría dar la posibilidad de dar el término de hijos naturales para esas uniones.

Del derecho de adopción, manifestó que se tiene que privilegiar el derecho del niño y aceptar la misma en el “Isomonio” iría en contra de los derechos del menor.

Manifestó que sigue afinando la iniciativa, ya que en el matrimonio se considera a la mujer la parte débil de la unión y se le protege, y en un “Isomonio” hay que ver quién es el más débil para mayor protección.

Resurge la ultraderecha

El sábado 10 de septiembre marcharán los grupos llamados laicos respaldados por la Iglesia y sobre todo por la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla.

La última gran movilización realizada por grupos de la ultraderecha fue el 14 de febrero de 1988 en un acto de desagravio a la Virgen de Guadalupe, luego de que estudiantes del Instituto de Artes Visuales del Estado de Puebla presentaron una exposición pintando a la virgen desnuda.

La manifestación estuvo encabezada por el entonces rector de la UPAEP, Mario Iglesias García Teruel; el presidente de la Unión Nacional de Padres de Familia, Alfonso Tenorio Castilleros; el presidente de la Junta de Mejoras Marcial Campos Reyero, así como integrantes del patronato de la universidad, Manuel y Herberto Rodríguez Concha, además de las Cámaras de Comercio.

La Iglesia, al margen

La movilización de 1988 no contó con el respaldo de la jerarquía católica, una vez que el entonces arzobispo Rosendo Huesca Pacheco rechazó encabezar la movilización y se mantuvo al margen.

“Cristianismo sÍ, comunismo no”

De 1957 a 1973 se dio el auge de los grupos de la derecha respaldados por el entonces arzobispo Octaviano Márquez y Toriz, en 1961 se dio la gran movilización en contra del comunismo en el Zócalo de la ciudad, asegurando que cerrarían las iglesias y las escuelas privadas.

El arzobispo dirigió un mensaje desde la Catedral para la defensa de Cristo y la Virgen María.